Los
instrumentos cordófonos son aquellos en los que el sonido se produce por la
vibración de cuerdas tensadas. Las cuerdas pueden ser de diferentes materiales.
Antiguamente se fabricaban con crines de caballo, hilos de seda y tripas de
animales; hoy se emplean fibras como el nailon o hilos entorchados de metal.
El
sonido puede producirse frotando las cuerdas con un arco, como en el violín;
golpeando las cuerdas con algún mecanismo, como los macillos o martillos
recubiertos de fieltro, en el caso del piano; o bien punteando con los dedos,
como sucede en la guitarra, el laúd o la mandolina.
El
sonido se modifica acortando la longitud de las cuerdas al presionar sobre
ellas con los dedos, como en el violín o la guitarra, o mediante cuerdas de
diferente longitud que se percuten mediante teclas diferentes, como en el caso
del piano. Cuanto mayor es la longitud de una cuerda, más grave resulta su sonido.
En la orquesta, la familia de instrumentos de cuerda
está integrada por violines, violas, violonchelos y contrabajos. Todos ellos se
caracterizan por ofrecer un control prácticamente total de la emisión de su
sonido en cuanto a su duración, intensidad o afinación. Este grupo es la base
de la orquesta porque viene a representar sus dos terceras partes.
La
forma de todos los instrumentos de cuerda es similar. Constan de una caja de
resonancia, de mayor o menor tamaño, formada por dos tablas abombadas y ovaladas, estrechadas en su centro, con aberturas
sonoras en su parte superior o tapa, que van unidas lateralmente mediante unas
fajas o aros de madera. La pieza que pone en contacto las cuerdas del
instrumento con la caja de resonancia es el puente. Otros elementos a
considerar son el mástil, que permite pisar las cuerdas con los dedos para
acortar su longitud efectiva, el cordal y el clavijero. Los dos últimos sujetan
las cuerdas en los extremos del instrumento, haciendo factible su afinación. El
mástil suele ir rematado en su extremo con un adorno en forma de voluta u otra
figura artística decorativa.
Para
producir el sonido el músico debe frotar las cuerdas del instrumento con el arco,
vara de madera que incorpora una cinta de crines de caballo que se tensan
mediante un tornillo sujeto a su extremo inferior. La vibración de las cuerdas
es transmitida por el puente a la caja de resonancia y ésta se encarga de
amplificarlas. Según el tamaño del instrumento, es decir, conforme a la
longitud y el grosor de sus cuerdas y de su caja de resonancia, el sonido producido
será más grave o más agudo, a la vez que de mayor o menor intensidad.
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