El
corno inglés es un instrumento musical que pertenece al grupo de viento-madera,
y dentro de éste al de lengüeta doble. Es un derivado del oboe por el tipo de
construcción y también por su timbre. Se trata de un “instrumento transpositor”
(no suena como lo que está escrito en la partitura).
Se
trata de un aerófono de viento-madera de la familia de los oboes. Es un
instrumento de doble caña y original pabellón piriforme. Según parece, deriva
del oboe da caccia, una variante del
oboe soprano surgida a finales del siglo XVII y que durante la centuria
siguiente se vio sometida a una serie de profundas modificaciones. Los cambios
introducidos en lo que puede considerarse el embrión del corno inglés moderno
tuvieron que ver sobre todo con la curvatura del cuerpo, que pasó de ser recto
a adquirir cierta angulación para facilitar la digitación. El siglo XIX debe
considerarse el punto álgido en la historia del corno inglés, el de su plena
adaptación al gusto y exigencias de la sociedad de la época. Su sonido
melancólico y algo velado inspiró a numerosos compositores, como Antonín
Dvořák.
El contrafagot, es un instrumento de lengüeta doble de la familia de viento-madera. Su afinación está una octava por debajo del fagot
normal. El contrafagot es el más grande y el más grave de los vientos-madera de la
orquesta; su largo tubo, que se dobla sobre sí mismo cuatro veces, mide 560 cm,
el doble de la longitud del fagot. La música para contrafagot (como la del
contrabajo) está escrita una octava por encima de su sonido real.
Ravel destaca el sonido del
contrafagot en «La Bella y la Bestia» de su suiteMa mère l’oye y también al comienzo
de su Concierto de piano para la mano
izquierda. También puede escucharse en la Variación nº 4. (en dúo con un
flautín) de las Variaciones sobre una
canción de cuna de Dohnányi.
A lo largo del siglo XVIII, el
minueto acabó integrándose en diversos géneros musicales clásicos, como el
cuarteto de cuerda o la sinfonía, convirtiéndose así en la única danza de la
suite barroca en sobrevivir hasta las postrimerías del siglo.
En este artículo analizaremos uno
de los más célebres minuetos de la historia, incluido por Luigi Boccherini en
su primera colección de quintetos de cuerda, un formato de cámara del que fue
pionero y del que acabaría componiendo más del centenar de obras.
Los quintetos para cuerda op.11 [1775]
Cuando Luigi Boccherini compuso
esta colección de quintetos de cuerda, llevaba ya dos años trabajando como
compositor de la capilla al servicio del Infante don Luis Antonio de Borbón. En
España, el italiano absorbió elementos de la música local, sin que el retiro de
los grandes circuitos musicales europeos le impidiera mantenerse en el mercado
editorial internacional, gracias a sus contactos con diversos editores en
Londres y en París.
La contratación de un cuarteto de
cuerda estable por parte del Infante propició la incorporación al mismo de
Boccherini como violonchelista -instrumento del que fue uno de los más grandes
virtuosos de su época-, así como la composición de obras específicas para esta
novedosa y original formación (dos violines, viola y dos violonchelos), como es
el caso de este quinteto, compuesto hacia 1771 y publicado en Londres en 1775.
El minueto del Quinteto op.11 nº5
El tercer movimiento del Quinteto op.11, nº5 es un minueto en La
mayor con un trío en la tonalidad del IV grado (Re mayor). La fama de este
minueto ha trascendido ampliamente la de la obra a la que pertenece.
Consta de tres secciones: Minueto
| Trío | Minueto
El Minueto tiene estructura
ternaria con reexposición, según la fórmula: a || b | a’. La sección b es un
breve pedal de dominante en la tonalidad homónima (La menor), mientras que a’
-que acaba en cadencia perfecta- forma junto con a un periodo binario.
El Trío está en la tonalidad del
IV (Re mayor), tiene carácter contrastante (más vivo) y consiste en un nuevo
minueto con reexposición c || d | c’.
Aquí la sección central se extiende un total de 8 compases, formando un periodo
binario de 4+4 cc. cuyo antecedente -un pedal de dominante- es cerrado por un
consecuente que conduce el pedal hacia una cadencia perfecta.
Al igual que ocurría con el
minueto y con la sección central del trío, c y c’ guardan entre sí una relación
de antecedente y consecuente, con el cierre del primero en semicadencia y del
segundo en cadencia perfecta.
El minueto que figura en el vídeo
es una versión para cuarteto de cuerda. Las intérpretes no realizan las repeticiones
del trío central y tampoco realizan ornamentaciones en las repeticiones.
Los Conciertos de Brandemburgo se publicaron en 1721, época en la que
Johann Sebastian Bach era maestro de capilla y director de música en la Corte
de Cöthen, ciudad alemana situada en el Estado federal de Sajonia-Anhalt, en la
que sirviendo desde 1717 hasta 1723. De acuerdo con el ambiente reformista de
la iglesia de la corte, en esta época abandonó la producción de música sacra y
de órgano, centrándose en la música para clave y en la música instrumental, con
claras influencias de Vivaldi.
Los seis conciertos
brandemburgueses, conocidos en su partitura original como “Conciertos con
varios instrumentos”, están dedicados a Christian Ludwig, margrave de
Brandemburgo, noble que ejercía el control militar de la frontera de Alemania y
Prusia. Pero sigue siendo todo un misterio, llenos de hipótesis y controversias
el lugar dónde los compuso y cuándo. De lo que sí están seguros los expertos es
que los conciertos brandemburgueses, o parte de ellos, fueron compuestos con
anterioridad a su estancia en Cöthen y tratados con discreción durante su
servicio a las órdenes del príncipe Leopold, siendo entregados al margrave de
Brandemburgo en 1721.
Así, el Concierto nº 3 es el primero, al menos el primer movimiento,
compuesto como introducción a una cantata de iglesia en 1713. El resto del
concierto, tiene influencias de Vivaldi, cosa que no ocurre hasta 1714. En cualquier
caso, tiene una estructura de tres movimientos (rápido-lento-rápido) y, a
diferencia de los dos primeros, corresponde a la estructura del concerto grosso. El grupo instrumental
consta tres partes: una de violines, otra de violas y por último una de
violonchelos, todas ellas apoyándose sobre el bajo continuo (el violone grosso y el clave).
A pesar de que los Conciertos de Brandemburgo no tuvieron gran
éxito entre el público, con el tiempo ha pasado a ser muy conocidos y clave
imprescindible para que los aficionados tomemos a Bach como uno de los grandes.
El Carnaval de los Animales es una de las obras más famosas de Camille
Saint-Saëns. Es una suite musical en catorce
movimientos que compuso como una broma musical, aunque él temía que la obra
resultara demasiado frívola y pudiera perjudicar su reputación de compositor
serio, por lo que prohibió las interpretaciones públicas de la misma y sólo
autorizó la publicación en vida de un movimiento, El cisne. Durante su vida sólo se dieron interpretaciones privadas
para un círculo de amigos íntimos, como Franz Liszt.
Sin embargo, Saint-Saëns dispuso
en su testamento que la suite podría
ser publicada tras su muerte, y desde entonces se ha convertido en una de sus
obras más populares.
En el fragmento titulado Elefantes la música es tan grave y
pesada, que fácilmente podemos imaginar los movimientos del colosal paquidermo.
En este fragmento Saint-Saëns cita una frase de La condenación de Fausto, de Héctor Berlioz.
El contrabajo
Es el mayor y más profundo
miembro de la familia del violín, fue desarrollado en el siglo XVI procedente del
violone, la viola contrabajo.
Dos características de la familia
de las violas se encuentran en el diseño del contrabajo: de un lado, los
hombros son más caídos y, de otro, la parte posterior del instrumento es más
plana. Esto permite al músico, que debe estar de pie o sentado en un taburete
alto, alcanzar todo el instrumento y, en particular, poder tocar las notas al
final de la tastiera, cerca del
puente. Hacia finales del siglo XVIII el contrabajo tenía tres cuerdas
generalmente afinadas en: La, Re y Sol. Hoy día tienen una cuarta cuerda, de
sonido más grave, afinada en Mi, aunquelgunos contrabajos montan cinco cuerdas.
Esta cuerda extra baja hasta Do, una tercera mayor bajo el Mi inferior.
El contrabajo es un instrumento
transpositor y en él todas las notas suenan una octava más baja de cómo están
escritas en la partitura. El anotar una octava más alta que el sonido real, es útil
a fin de evitarse demasiadas líneas adicionales debajo de los pentagramas.
Las cuerdas del contrabajo son
tan largas y tan gruesas que las clavijas corrientes, usadas en otros
instrumentos de cuerda, no son lo bastante robustas. Así pues se utilizan
clavijeros mecánicos
Historia
El contrabajo es el instrumento
más grave de la familia de la cuerda desde finales del siglo XVI. El término se
asoció antiguamente a la tesitura de la voz humana, indicando la voz más baja
del hombre.
En un sentido más divulgativo el
término alude a los contrabajos de cuerda de la familia de las violas y
violines, esto es, unos instrumentos de arco creados para reforzar la base de
la estructura armónica y ser el fundamento de toda la construcción polifónica.
Su función en la labor del bajo continuo fue esencial. Tempranamente, Martín
Agricola (1529) hizo referencia a un contrabasso
di viola de seis cuerdas, que devendrá un instrumento híbrido, puesto que
el contrabajo conocido hoy presenta aún los rasgos propios de los violines y
las violas.
En realidad hubo contrabajos de
diferentes tamaños denominados genéricamente violones. En el siglo XVII se
presenta un ejemplar con cinco cuerdas, hombros estrechos y voluminosa panza.
En aquella época predominan dos tipos de contrabajos: uno sin trastes, con
cinco cuerdas y voluta (familia de los violines) y otro de seis cuerdas
(familia de las violas), con diapasón trasteado, oídos generalmente en forma de
C, espalda plana y cabeza tallada. En 1722 se presenta un contrabajo de la
familia del lirone al que llaman accordo.
Su uso no se generalizó en la
orquesta hasta principios de siglo XVII, en la que su función consistía en
sonar a la octava inferior del violonchelo, pues su sonido es potente y se oía
mejor que otros instrumentos de la época, por ejemplo el clave.