lunes, 2 de mayo de 2016

P. I. Chaikovski: Romeo y Julieta, Fantasía-obertura para orquesta en si menor

Orquesta Sinfónica de Londres
Valery Gergiev, director

Chaikovski compuso Romeo y Julieta durante los últimos meses de 1869. La obra se estrenó el 16 de marzo de 1870 por la Sociedad Musical Rusa, dirigida por Nikolái Rubinstein, en Moscú. Chaikovski la revisó en profundidad en 1870 y de nuevo en 1880.
El compositor Mily Balákirev (1837-1910) era un sujeto bastante entrometido. No se contentaba simplemente con escribir su propia música. También deseaba meter mano en la creación de la música de otros compositores. De este modo se convirtió en el líder del grupo de nacionalistas rusos conocidos como Los Cinco Grandes y también se hizo amigo de Chaikovski y le dio muchas sugerencias detalladas acerca de diversas composiciones. No solamente tomó parte activa en la creación de Romeo y Julieta sino que también, muchos años después, suministró un programa y consejos específicos de composición sobre la Sinfonía Manfredo.

Balákirev le escribió a Chaikovski en el otoño de 1869, sugiriendo la composición de una obertura basada en Romeo y Julieta de Shakespeare. Balákirev incluyó algunas partes musicales que consideraba apropiadas para la apertura; describía métodos de trabajo exactos para ayudar a encontrar inspiración a Chaikovski; por ejemplo, detallaba las tonalidades para las diversas secciones de la pieza. Chaikovski era un joven impresionable e inseguro. Apreciaba el interés de Balákirev, en lugar de resistirse a las injerencias de su amigo. Chaikovski llegó hasta a presentar a Balákirev la composición terminada para que éste le hiciera correcciones.
Desde el punto de vista musical, así como el programático, la obertura gira alrededor del tema de amor. Chaikovski nos mantiene esperando en suspenso durante mucho tiempo antes de permitirnos oírlos en toda su gloria. Primero oímos la música de fray Lorenzo: acordes sostenidos en los vientos con diversos acompañamientos de arpegios de arpa, líneas de cuerdas y pizzicatos en las cuerdas. Después de un tramo bastante largo de esta introducción lenta, estalla el primer tema de la sección central. Esta música frenética, con sus ritmos angulares, representa a las familias enemistadas. Tras un desarrollo bastante enérgico, hay una transición -como ocurre en una forma sonata propiamente dicha- hacia el tema de amor. Una exaltación considerable lleva a la recapitulación. Después se vuelve a exponer el primer tema. Y entonces Chaikovski nos da no el tema de amor sino su secuela intrascendente.

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