Nino Machaidze, Juan Diego Flórez, Gabriele Viviani, Ildebrando d'Arcangelo,
Nadia Pirazzini, Gianluca Floris, Ugo Guagliardo
Orquesta y Coro del Teatro Comunale de Bolonia
Michele Mariotti, director
En 1835 Vincenzo Bellini
estrenaba en el Théatre Italien de París
I Puritani di Scozia, con
libreto de Carlo Pepoli. Aquella primera función estuvo protagonizada por un
reparto legendario: Giovanni Rubini como Arturo, Giulia Grisi como Elvira,
Antonio Tamburini como Riccardo de Forth y Luigi Lablache como Giorgio. Fue un
éxito, pero también sería su última ópera. El compositor moriría aquel mismo
año, no muy lejos de la capital francesa.
I Puritani siempre ha ocupado un
lugar destacado en el repertorio, y no sólo para lucimiento de la soprano
precisamente. Tan difícil como encontrar una buena Elvira es hallar un tenor
que haga justicia al papel de Arturo o un barítono que sea un buen Riccardo. En
esta ocasión el comentario está centrado en el tenor... y en la que es,
probablemente, su escena más célebre en esta ópera -aunque la comparta con el
resto de los personajes-, con permiso de esa maravilla que es A te, o cara...
Aunque siempre que se hable de Credeasi, misera se acabe hablando de
una nota, el famoso Fa sobreagudo, no
es la única parte de tenor que sufre este fenómeno, aunque, al contrario que en
otras muchas ocasiones, en este caso se trata de algo que Bellini escribió
realmente. El cambio de la técnica desde la época en que Rubini estrenó el
papel a la actual hace que alcanzar esas estratosferas no sea común... Y que
cuando se alcanzan tampoco resulte especialmente agradable el resultado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.