viernes, 7 de marzo de 2014

F. Mendelssohn-Bartholdy: Sinfonía nº 4 en la mayor, op. 90 "Italiana"


Orquesta Sinfónica de la Radio de Frankfurt
Paavo Järvi, director
 
Allegro vivace
Andante con moto
Con moto moderato
Saltarello: Presto

La imagen histórica de Félix Mendelssohn es la de un compositor de talento, rico en dinero, familia, amigos y admiradores; inteligente, de buen carácter y alegre, además de exitoso en cualquiera de sus proyectos, que no conoció las pasiones, los sufrimientos, ni las torturas emocionales de autores como Schumann, Berlioz, Chopin, Wagner o Liszt. Por el contrario, Mendelssohn era el ideal del burgués.

A la edad de veintiún años hizo el viaje que le inspiraría la composición de la sinfonía Italiana. De camino al sur, hizo una primera parada en Weimar, donde pasó dos semanas con el más grande autor vivo de la literatura alemana, Goethe. El poeta de más de ochenta años estaba terminando la segunda parte de su colosal Fausto; se cuenta que pasaron horas extraordinarias entre las conversaciones sobre música de Mendelssohn y los recuerdos italianos del escritor.

En Múnich un amigo escribió que fue “el más querido y apreciado en cada casa, y el centro de todo círculo social”. De allí pasó a Viena y, atravesando las montañas alpinas, llegó a Venecia; en una carta fechada el 10 de octubre de 1830 escribió: “Esto es Italia, lo que había estado buscando toda mi vida... todo el país tiene un aire festivo y me siento como si fuera un joven príncipe que hace su entrada”.

Después de cuatro meses en Roma, en febrero 22 de 1831 escribió a sus hermanas: “La sinfonía Italiana progresa. Será la pieza más alegre que haya compuesto nunca, especialmente su último movimiento, para el lento no he encontrado nada, esperaré hasta Nápoles”.

Efectivamente, el segundo movimiento sería sugerido por una procesión que presenció por las calles de esa ciudad. El tercer movimiento es cercano a la música incidental que había compuesto para Sueño de una noche de verano de Shakespeare. El último movimiento es un saltarello, danza italiana muy antigua que refleja la alegría del carnaval romano.

Aunque Mendelssohn comenzó la sinfonía en Italia la terminaría en Berlín en 1833. El estreno tuvo lugar el 13 de mayo del mismo año con Mendelssohn como director.

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