Orquesta Filarmónica de Berlín
Mariss Jansons, director
Compuesta alrededor de 1791, la sinfonía
llamada “La Sorpresa” o “La del toque de timbal” (en alemán “Mit dem
Paukenschlag”) en sol mayor, es quizá una de las obras menos conocidas en su
totalidad de su autor. Haydn visitó por primera vez Londres en 1791 cuando,
tras la muerte del príncipe Nicolás Esteráis, su sucesor Antón, decidió disolver
la orquesta para la que había trabajado casi treinta años. A pesar de haber vivido
casi retirado del mundo musical y alejado de Viena, la música de Haydn había obtenido
una amplia difusión por toda Europa y, por ese motivo, el empresario musical P.
Salomón lo contrató para dar un gira de conciertos. A su llegada a Inglaterra
el compositor se encontró con un entusiasta recibimiento y una gran
expectación, por lo que Haydn se dio cuenta de que tendría que buscar la
aprobación de un público exigente y “de pago”. Uno de los métodos que decidió
utilizar en sus nuevas composiciones fue el uso de procedimientos insólitos y
llamativos (cuando no chocantes), lo que debió gustar mucho a una audiencia con
un fino sentido del humor.
Las sinfonías “londinenses” destacan por la
variedad de bromas y sorpresas que contienen y esta sinfonía es, probablemente,
la más famosa, sobre todo por el segundo movimiento, debido al súbito fortísimo
de toda la orquesta, que rompe inesperadamente la serenidad establecida tras el
inicio del tema de apertura en pianísimo, interpretado por las cuerdas. Es
curioso que la partitura original no contenía esta indicación, pero el
autógrafo de Haydn muestra que tachó la sección de apertura y la reescribió
para incluir la sorpresa. En la primera ejecución pública, el 23 de marzo de
1792, ya se incluyó, consiguiendo el efecto deseado, como le realtó el propio Haydn
a su amigo Griesinger:
“Estaba interesado en sorprender al público con
algo nuevo y en hacer un brillante debut… El primer Allegro de mi sinfonía había cosechado ya incontables bravos, pero
el entusiasmo alcanzó su cenit en el Andante con el golpe del timbal. ¡Qué se
repita! ¡Qué se repita! Resonaba en todas las gargantas”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.