Orquesta Filarmónica de Berlín
Herbert von Karajan, director
La condenación de Fausto, Leyenda dramática en cuatro
partes para Mezzosoprano, Tenor,
Barítono, Bajo y Orquesta, con libreto de Hector Berlioz, Almire
Gandonnière y Gérard de Nerval, es una más de las obras que a propósito del
inmortal Fausto de Goethe fueron escritas
durante el Romanticismo.
Berlioz compuso La Condenación de Fausto durante
una gira que realizó por Europa en 1845, con la intención de promover y dirigir
su música, así como asistir a la develación de la estatua de Betthoven en Bonn.
Debe mencionarse que si bien ya había leído el Fausto, traducido al francés a los 23 años y había compuesto
algunos números sobre él, es de hecho, en su segunda forma como se conoce e
interpreta La Condenación. La suerte
de su opus 1 (que fue como se publicó la primera versión con el título Huit
Scénes de Faust) la decidió el compositor al destruir cada copia que
se podía adquirir. La Condenación de Fausto se
estrenó en París el 6 de diciembre de 1846, en versión de concierto.
Al parecer el destino tenía algo en contra de la unión
Fausto-Berlioz, ya que la obra sólo se interpretó dos veces en la vida del
autor y ambas fueron desastrosas. Él lo refiere en sus Memorias así:
“Fausto sólo se interpretó 2
veces en una sala medio vacía. El público parisino, supuestamente aficionado a la música, se quedó
tranquilamente en casa, importándoles tan poco mi música como si fuera un
estudiante del Conservatorio; y esas dos presentaciones en la Opéra Comique no
fueron atendidas, como si hubieran tenido las más miserables óperas en el
repertorio. Nada en mi carrera artística me lastimó tanto como esa inesperada
indiferencia.”
La Condenación de
Fausto, como ya se ha dicho, no es una ópera o una cantata, más bien puede
entenderse como una pieza escénica de concierto. Tiene tres personajes: Fausto,
el tenor; Mefistófeles, el bajo y Margarita, la mezzosoprano. Se requiere
además un coro y una orquesta majestuosa.
La obra se divide en cuatro partes: En la Primera, Fausto
escucha las Danzas de los campesinos y la Marcha de los Soldados (La célebre
marcha Rákóczy) pero no le afectan;
en la Segunda, conoce a Mefistófeles y es tentado por él a través de sueños
alucinantes; Fausto sueña con Margarita; en la Tercera parte, Fausto y
Margarita se encuentran en las habitaciones de ella, se declaran su amor.
Finalmente, en la Cuarta parte, Fausto se entera de los problemas de Margarita
y contacta a Mefistófeles para que los ayude. Tras firmar un pacto con él,
Fausto va al infierno y Margarita es salvada.
De La Condenación se
ha destacado la célebre Marcha Húngara,
que originalmente no pertenecía a la Leyenda. Berlioz la había escrito unos meses
antes, precisamente estando en Pest. Allí un desconocido lo abordó y le dijo: “Si
quieres ganarte a los húngaros, escribe algo sobre sus melodías nacionales.
Ellos estarán complacidos y cuando regreses te aplaudirán. Sólo escoge algo de
aquí”. Al decir esto le entregó una antología de melodías populares húngaras. Uno
de los símbolos de la lucha por la independencia fue el noble húngaro Francisco
Rákóczi II, Príncipe de Transilvania, que a principios del siglo XVIII había
liderado una rebelión contra los austriacos. Berlioz hizo un arreglo para
orquesta de una de las canciones en su honor que bautizó como Marche Hongroise e interpretó en la
ciudad de Pest con un enorme éxito. Por eso decidió incorporarla a La Condenación de Fausto y ubicó la
primera parte de su obra en Hungría.
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