Allison Balsom, trompeta
Orquesta de la Konzerthaus de Berlín
Xian Zhang, directora
I. Allegro
Está escrito en forma sonata, comienza con un allegro en el que la trompeta usa de sus
características ya conocidas, con toques en forma de fanfarria y toques
percutidos, lo que pone de manifiesto las capacidades melódicas del nuevo
instrumento. Como es habitual en el periodo clásico, el movimiento se inicia
con una introducción de la orquesta que presenta los temas principales del
mismo. Hay sin embargo unos toques de la trompeta en dicha introducción, un
toque fuerte y dos arpegios a modo de fanfarria, supuestamente para permitir al
solista calentar el tubo del instrumento y poder realizar su entrada temática
perfectamente afinado. Aquí aparece la primera, y sorpresiva para la época, manifestación
melódica y lírica de esta trompeta en su registro bajo, con uso de cromatismo.
Termina con toques de fanfarria más típicos.
II. Andante
III. Finale – Allegro
Este es el primer concierto para trompeta creado para un
instrumento solista capaz de superar las limitaciones de los tradicionales
instrumentos de bronce (trompetas tonales) que sólo podían desarrollar las
notas de la serie armónica natural, suponiendo la presentación en público de
una trompeta de llaves, un instrumento musical de cinco llaves capaz de
ejecutar cromatismos, desarrollado por Anton Weidinger (Viena, 9 de junio de
1766-Viena, 20 de septiembre de 1852), solista el día de su estreno. Este
instrumento ha sido superado por la trompeta de tres pistones creada a partir
de 1813 y base de la usada actualmente en las orquestas sinfónicas.
El nacimiento de esta joya del Clasicismo, última obra para
solista compuesta por el maestro austríaco, data de 1796 y presenta un gran
paso hacia adelante en la historia de la trompeta: el paso de la trompeta
antigua, la trompeta natural, la trompeta del fenómeno físico-armónico a la
trompeta cromática.
¿Dónde encontramos el comienzo de esta historia, de este
proceso evolutivo de la trompeta?
Para ello, debemos remontarnos a una fecha, 1791, y a un
lugar: Londres, que será, aunque también se moviera por otros centros
culturales británicos, donde el maestro austríaco viviría desde enero de 1791
hasta junio de 1792. Lo que ocurrirá en esta época determinará el futuro de la
trompeta.
El motivo de este viaje, de este cambio de residencia, no es
casual. En 1790, un año después de la Revolución francesa de 1789 que
conmocionó a toda Europa, murió Nicolás, el patriarca de los Esterházy, y su
sucesor resultó ser un hombre sin interés por la música, que despidió a la
orquesta y jubiló a Haydn. Con tal motivo, el maestro aceptó la oferta de
Johann Peter Salomon, un empresario musical alemán, para viajar a Inglaterra y
dirigir sus nuevas sinfonías con una gran orquesta.
En esta época, Haydn entra en contacto con músicos de aquel
país, por tanto también con trompetistas, los cuales investigaban en diseños
que aportaran a la trompeta natural mejoras, ya fueran tímbricas, dinámicas, de
afinación o que amplíen las posibilidades del instrumento, por ejemplo,
convirtiéndolo en cromático. Él ha conocido en Londres la trompeta de varas
(slide trumpet) muy utilizada en Inglaterra y, la cual, no sólo aportaba una
mejoría debido a la posibilidad de una corrección en la afinación del
instrumento sino que ampliaba el número de notas del instrumento.
También conoció allí otro invento que mejoraba la afinación
y permitía tocar notas adicionales, una trompeta de plata que poseía agujeros
(vent holes drilled in) construida para la orquesta personal del rey Jorge III
de Inglaterra (este instrumento se encuentra en el Museo de Londres).
A su vuelta a Viena en junio de 1792, Haydn trae de Londres
no sólo información sobre innovaciones para la trompeta, sino muchas ganas e
interés por el desarrollo del instrumento.
No se demorará en contactar con su amigo el virtuoso
trompetista del Cuerpo de Trompetistas del Teatro y la Corte Imperiales, Anton
Weidinger. Es poco lo que se sabe sobre la relación entre Haydn y Weidinger.
Conocemos que Haydn fue el padrino del trompetista el día de
su boda. Debemos suponer que habría de existir una relación anterior entre
ambos músicos, y si así fuese, bastante estrecha, puesto que la figura del
padrino de bodas todos podemos comprender que no se le ofrece a cualquiera. Sea
como fuere, lo que a ciencia cierta nos es conocido es que el luthier y
trompetista Weidinger, bien porque Haydn lo convenció bien por su propia
iniciativa, comenzó con sus trabajos de investigación.
Entre 1793 y 1796 realiza sus trabajos obteniendo finalmente
la que sería la trompeta de llaves en 1796, cuando Haydn compone su concierto
(aunque no sería hasta 4 años después que se interpretara en público por
primera vez).
Este instrumento, al que se le denominó trompeta de llaves o
que el mismo Weidinger llamó organisiert
trompette (trompeta organizada) parece que consistía de 3 llaves. La que se
usó para el concierto contaba con tres aunque existían otras con 5.
Los cuatros años de espera desde su composición hasta su
estreno se debían a un evidente período de estudio, de preparación. El virtuoso
vienés tenía que practicar antes de salir al público con el concierto de Haydn.
Para ello, hizo dos apariciones anteriores con su trompeta organizada, una de
ellas fue el 2 de diciembre de 1798 con la Sinfonía concertante en mi bemol
mayor de Leopold Kozeluch para mandolina, trompeta de llaves, contrabajo, piano
y orquesta; la segunda tuvo lugar en 1799 aunque no hay constancia exacta de la
fecha, con el concierto de Joseph Weigl para flauta d’amore, corno inglés, trompeta de llaves, viola d’amore, violoncello y clave.
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