Cecilia Bartoli,
mezzosoprano
Orquesta de la Ópera de Zúrich
Adam Fischer, director
El término mezzosoprano está
tomado del italiano y significa soprano
media. Se trata de una voz que antiguamente se solía incluir dentro
de la cuerda de soprano, pero en realidad se sitúa entre ésta y la contralto.
En lugar de ser un inconveniente, esa situación intermedia le permite acometer
ornamentos vocales muy complicados.
Su diferenciación es muy
tardía, pues aun apareciendo ya en algunas óperas barrocas del siglo
XVII, tiene que esperar a Rossini (el personaje de Isabella de L’italiana in Algeri, o el de Angelina
de La Cenerentola) para que su
espacio vocal quede bien definido en la ópera y se diferencie de la soprano “corta”
o de la contralto con buena zona aguda. Esta voz adquiere un especial
protagonismo con Verdi (la Azucena de Il
Trovatore, la princesa de Éboli de Don
Carlo, la Amneris de Aida).
Se trata de una voz de timbre rotundo y bastante más grave que el de la
soprano, aunque la extensión de la mezzo
puede ser casi la misma que la de aquélla. Así, por ejemplo, la mezzo
rossiniana está tocando el Si y el Do agudos constantemente -como una soprano
lírica-. Lo que ocurre es que no puede mantener esa tesitura de forma
permanente. Por eso la mezzo canta en
el centro, más cálido y redondo que el de la soprano, y sube a los agudos
esporádicamente.
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