Alexander Anisimov (Bajo), Daniela Dessi (Soprano), Luciano Pavarotti (Tenor),
Samuel Ramey (Bajo), Paolo Coni (Barítono), Luciana D'Intino (Soprano)
Samuel Ramey (Bajo), Paolo Coni (Barítono), Luciana D'Intino (Soprano)
Orquesta y Coro del Teatro alla Scala de Milán
Riccardo Muti, director
Franco Zeffirelli, producción
La versión original de Don Carlos, con libreto en francés, se
estrenó en la Ópera de París el 11 de marzo de 1867 y en versión italiana en la Scala de Milán el 10 de enero de 1884.Verdi conocía bien las
exigencias de la Ópera de París, que le había encargado de nuevo una ópera con motivo de
la Exposición Universal de 1867: tenía que ser un gran espectáculo, con voces
importantes y grandes escenas colectivas. Por eso, Verdi escogió como tema el
grandioso cuadro histórico extraído de la obra teatral Don Carlos, de Schiller. Pero esta elección supuso varios
problemas: por un lado, el texto «antiespañol» de Schiller ofendió a la
emperatriz Eugenia de Montijo (quien lo rechazó abiertamente en público), y,
por otro, tanto el «imposible» final de la ópera como su larga duración fueron
(y siguen siendo) dos temas espinosos.
A pesar de todo, Don Carlo es hoy reconocida como una de
las obras maestras de Verdi por la belleza de sus páginas y la fuerza vital de
sus personajes. El libreto original es obra de François Joseph Méry y Camille
du Locle, basado en el drama Dom Karlos,
Infant von Spanien de Schiller. La Ópera de París la encargó a Verdi como
parte de los actos que rodearían a la Exposición Universal de 1867. Fue
finalmente estrenada en París, el 11 de marzo de 1867. La versión francesa está
dividida en cinco actos y el estilo de la obra se amolda a la Grand Opéra
francesa.
Tras el estreno francés,
Verdi redujo la obra a cuatro actos y utilizó la traducción del libreto al
italiano de Achille de Lauzières y Angelo Zanardini. El estreno italiano tuvo
lugar en La Scala de Milán el 10 de enero de 1884. Esta versión es quizás la
más conocida y representada, y lleva el nombre de Don Carlo. Dos años
más tarde Verdi decide escribir una tercera versión, rescatando el primer acto
y suprimiendo otras partes (como el ballet que siempre se incluía en una Grand-Opéra francesa). Esta versión se
estrena en Módena el 26 de diciembre de 1886.
La ópera fue poco
representada durante la primera mitad del siglo XX, pero durante el período de
posguerra se ha convertido en parte del repertorio de ópera estándar. Se han
hecho varias grabaciones de la versión francesa e italiana, y se representa con
regularidad. El papel de Don Carlos es de extrema dificultad. A las grandes
exigencias en la línea vocal se suma la falta de momentos de lucimiento
(como un aria) por lo que el cantante no tiene más remedio que aprovechar sus
comprometidos dúos con la Reina, la princesa de Éboli o el marqués de Posa.
Personajes:
FELIPE II Rey de España (Bajo)
DON CARLOS Infante de España (Tenor)
RODRIGO Marqués de Posa (Barítono)
GRAN INQUISIDOR Cabeza de la Inquisición (Bajo)
ISABEL DE VALOIS Princesa de Francia (Soprano)
PRINCESA DE EBOLI Noble Española (Mezzosoprano)
TEBALDO Paje de Isabel (Soprano)
CONDE DE LERMA Embajador del Rey de España (Tenor)
La trama
Basada en la Leyenda Negra, los hechos históricos están muy violentados, aunque el carácter y la esencia de algunos de sus personajes y acontecimientos poseen una gran veracidad. La obra original fue concebida en cinco actos, en francés, pero pronto Verdi la redujo a cuatro con traducción al italiano, recuperando más tarde, y en su idioma, el diseño inicial. El resumen que se sigue es el de la segunda versión.
Don Carlos está enamorado de su madrastra Isabel.
Rodrigo, amigo de Carlos, le insta a que se olvide de ese amor imposible y
luche, eso sí, contra su padre, al lado de los oprimidos flamencos. Pero Carlos
organiza una cita con ella, en la que, utilizando a Rodrigo para entretener a la
dama de Isabel, la princesa de Éboli, le manifiesta apasionadamente su amor.
Aparece el rey Felipe, quien pide a Rodrigo que vigile a Carlos e Isabel, de
los que sospecha. Rodrigo, por su parte, quiere influir en él para que cambie
su política en Flandes. La Santa Inquisición, vigilante, no lo permitirá, dice
el rey.
Acto Segundo
Un entuerto entre Isabel, Carlos y Éboli nos pone al
corriente del estado del triángulo amoroso. Éboli, despechada por Carlos,
quiere vengarse. En el cuadro segundo tiene lugar la quema de herejes. Aparece
Don Carlos para pedir clemencia hacia aquéllos, pero el rey, contrariado,
ridiculiza a su hijo, quien le amenaza desenvainando su espada. Rodrigo le
desarma, y Carlos se siente traicionado. El rey nombra duque a Posa y manda al
calabozo a su hijo.
Acto Tercero
Felipe II reflexiona sobre su soledad: su mujer no le
ama y su hijo le traiciona. Aparece el Gran Inquisidor, con el que tiene un
tenso diálogo: el “santo padre”, un ciego, fanático y tremebundo loco, pide al
rey las cabezas de Posa y Carlos a cambio de su salvación ante el Santo Oficio.
La reina cae en una trampa urdida por Éboli
para que el rey crea que le engaña. Pero Éboli se arrepiente y decide entrar en
un convento. Quien ahora es acusado de alta traición es Posa, aunque es
asesinado antes de que se materialice la acusación. El rey trata de hacer las
paces con Carlos pero éste le desprecia y huye, con la ayuda de Éboli.
Se desarrolla en Yuste. Dúo entre Carlos e Isabel: él
le comunica que su amor ha cambiado; que ahora lo que quiere es, en memoria de
su amigo Rodrigo, salvar al pueblo de Flandes. Llegan el Gran Inquisidor y el
rey, y éste manda otra vez prender a su hijo, pero en ese momento se escucha la
voz del emperador Carlos, cuyo espectro se apodera de su nieto ante la
estupefacción general.
Acto Cuarto
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