lunes, 28 de enero de 2013

Juan Cabanilles: Primera Batalla Imperial de Quinto Tono


Paulino Ortiz, órgano

 Junto al Maestro de Capilla, el segundo cargo musical al servicio de la iglesia era el de organista. También durante el Barroco floreció una muy importante generación de organistas y de organeros (constructores de órganos) en España, que en la actualidad, España es el país donde se conserva el mayor número de órganos de esta época.

 Juan Cabanilles (1644-1712) es el mejor representante de los organistas valencianos y tal vez el mejor de todo el Barroco español. No logró publicar nada en vida, pero se conserva mucha de su música manuscrita; salvo algunas composiciones vocales, toda su música está hecha para el órgano. En sus tientos, tocatas, y pasacalles es muy notable su gran avance en la técnica de la variación, o el arte de desarrollar una idea musical hasta sus últimas consecuencias. Su contrapunto y su armonía son excelentes y muchas veces geniales.

 Sin lugar a dudas, la Primera Batalla Imperial de Quinto Tono es la obra más difundida de Juan Cabanilles, quien inspirándose sobre el tema de la Batalla de Pavía, honra de esta forma al emperador Carlos V. Desde el toque de pífanos de la entrada, el ambiente está maravillosamente conseguido, la intensidad llega a su punto culmen en el compás 98, en donde el órgano español luce todo el esplendor de su trompetería de lengüeta.
El Órgano del Emperador, de la Catedral de Toledo, que durante tantos años realzó de manera solemne la entrada de Carlos V al templo, es el escogido para las máximas y peculiares sonoridades de esta pieza maestra del repertorio para órgano del barroco español.

Cabanilles nació y murió en Valencia, España. Su música pertenece a las últimas décadas del siglo XVII y primeros años del XVIII, y no podría haberse compuesto más acá: a la muerte del Cabanilles (compositor y organista) la música española tomaría ya otros derroteros.

Juan de Cabanilles debió de formarse en la catedral de Valencia, como infantillo. Debió caer en manos del aragonés Diego Pontec (maestro de capilla entre 1650 y 1653) y de su sucesor, el navarro Urbán de Vargas (que llegó a Valencia en 1653), ambos aventajados compositores de gran prestigio. Seguramente recibió lecciones de los organistas de la catedral de Valencia, Andrés Peris (segundo) y Jerónimo de la Torre (Primer organista). Cabanilles fue nombrado primer organista de la catedral en 1665, a los 21 años.

La obra de Cabanilles está ampliamente influenciada por las corrientes musicales del momento: italiana, francesa, inglesa, flamenca, etc., y su obra explota al máximo los recursos del arte organístico español del siglo XVII, llevándolo a menudo en su desarrollo a un callejón sin salida, con formas hipertrofiadas, extraordinariamente complejas en la imitación, de una densidad extrema en sus texturas, en un estilo severo -aunque muy ornamentado-, pesado, granítico, monumental.

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