Seiji Yokokawa, Clarinete
Pamela Frank, Violín I
Tatsuya Yabe, Violín II
Yasushi Toyoshima, Viola
Yo-Yo Ma, Violonchelo
El Quinteto
"a Stadler", primera obra en la historia de la música que junta
al clarinete y al cuarteto de cuerdas, conoció una magnífica descendencia:
Weber, Brahms y Reger. No obstante, la perfección de la obra mozartiana
permanece insuperada, pues, lo mismo que el Concierto terminado en
septiembre de 1791, explota a fondo todas las posibilidades tímbricas y
expresivas del instrumento, especialmente su registro grave que Stadler
cultivaba con predilección.
El Quinteto es también de inspiración puramente masónica, y J. y
B. Massin recuerdan muy a propósito que la tonalidad de la mayor era la
misma en el Cuarteto K. 464, primera obra compuesta por Mozart después
de su iniciación. Es una obra feliz, tierna y muy vibrante de dulce calor
humano. Más brillante sin duda, más ambiciosa, más elaborada y más vasta que el
Trío, por otra parte no es menos rica en espiritualidad y vida interior.
El clarinete se integra milagrosamente en el conjunto instrumental sin relegar
nunca a los arcos al papel de acompañantes, como más tarde sucederá en el Quinteto
de Weber.
La obra consta de cuatro movimientos:
1. Allegro, 4/4
2. Larghetto, 3/4 en Re mayor
3. Menuetto — Trio I — Trio II, 3/4 (Trio I en La menor)
4. Allegretto con Variazioni, 2/2
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