sábado, 22 de diciembre de 2012

Antonio Vivaldi: El invierno, de "Las Cuatro Estaciones"


Concerto nº 4 en Fa menor, Op. 8, RV 297, "L'inverno" (Invierno)
II movimiento: Largo
Europa Galante
Fabio Biondi, violín y dirección
Con el canto, las orquestas fueron prácticamente eclipsadas tanto en Italia como en Francia. Fue entonces cuando se produjo la división entre la orquesta dedicada a acompañar a los cantantes, o sea, la orquesta de ópera, y la dedicada solamente a la música instrumental. Ello, a su vez, dio nacimiento al concerto grosso, obra escrita para un grupo de solistas llamado concertino, que dialoga y alterna con el resto de la orquesta, el ripieno o relleno.
El concertino constaba de dos, tres o cuatro solistas. El ripieno podía tener hasta doce músicos. Entre los más famosos cultivadores del concerto grosso cabe recordar a Haendel y a Corelli. 
En la primera mitad del siglo XVIII, Vivaldi determina el verdadero concepto de la orquesta de cuerda, ya que siendo un excelente violinista  -como Lully- utilizó con preferencia los instrumentos de cuerda, dejando una impresionante herencia orquestal en la que predomina la cuerda, representada por violines, violas, violonchelos y contrabajos. 

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