Joseph Lulloff, saxo
The Brevard Music Center Orchestra
JoAnn Falletta, directora
Alexandr
Glazunov (1865-1936) escribió el Concierto
para saxo alto y orquesta de cuerdas en mi bemol mayor, op. 109 en 1935, poco
antes de su muerte. Glazunov, exiliado por entonces en París, se sentía atraído
por la llamativa sonoridad del saxo (ya había compuesto incluso un cuarteto para
saxofones), instrumento que, a pesar de ser construido a mediados del s. XIX (también
en París) por el belga Adolphe Sax, no contaba aún con un numeroso repertorio
de obras concertantes.
Según
algunos, el Concierto es la última obra
de Glazunov, debido que la numeró como op. 109 antes de terminarla. Se sabe que
a la vez compuso una fantasía para órgano, que se sospecha que es anterior, a
pesar de llevar el op. 110. Glazunov también hizo un arreglo del Concierto para orquesta completa que es
el op. 109a.
El
otrora conservador y ultrarromántico compositor sorprendió con una partitura
breve en la que no hay interrupción, con influencias modernas inusitadas en él,
entre ellas la del jazz.
Tras
la muerte de Glazunov se publicó una versión para saxofón y piano, firmada por
Glazunov y André Petiot. Aunque Glazunov nunca había aludido a un colaborador
en su correspondencia, se sospecha que Petiot pudo tener un papel relevante en
la escritura del concierto original.
El
estreno tuvo lugar en Alemania por Sigurd Raschèr, el saxofonista que encargó la
obra y a quien va dedicada. Este Concierto
se convirtió inmediatamente en un clásico del repertorio para el saxo alto,
aunque se desconoce si su compositor lo llegó a escuchar alguna vez en privado.
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