Luca Pisaroni, barítono
El conde oye que Susanna le dice a Figaro, que ha ganado la causa sin necesidad de abogado, al utilizar al conde y prometerle entregarse a él. Esto le enfurece de tal manera que vaticina una venganza terrible contra Figaro, sólo esa idea le llena de alegría.
Como es habitual en Mozart,
especialmente en las óperas con Da Ponte, algunas arias cuentan con una
estructura basada en el recitativo (desde el inicio hasta “il colpo è fatto”)
donde se da un paso adelante con respecto al uso del calve pero sin llegar a
ser el momento en sí de la propia aria. En esta parte, se alterna la voz del
cantante con la aparición de los instrumentos musicales que aportan ese punto a
la frase del conde de Almaviva, desde la preocupación por la trampa en la que
ha caído, la sorpresa por los últimos acontecimientos y la rabia de una
venganza que no tardará en llegar (después de este aria llega la escena en la
que se pretende casar a Fígaro con Marcellina para dejarle libre a Susanna y
que acaba mal para el noble). El aria “Vedrò mentre io sospiro”, en sí, sigue
la estela que nos ha dejado el estado de ánimo en el recitativo. Es una aria de
“enfado” y se nota en la intensidad, en golpes de enojo (“ah, no lasciarti in
pace” y el final “già la speranza sola delle vendette mie…”) y en cierta
esperanza de castigar la osadía de Fígaro.
Recitativo
Hai già vinta la causa! Cosa sento! In qual laccio io cadea? Perfidi! Io voglio… Di tal modo punirvi… A piacer mio la sentenza sarà… Ma s’ei pagasse la vecchia pretendente? Pagarla! In qual maniera! E poi v’è Antonio, Che a un incognito Figaro ricusa di dare una nipote in matrimonio. Coltivando l’orgoglio di questo mentecatto… Tutto giova a un raggiro… il colpo è fatto.
Aria
Vedrò mentre io sospiro,
Felice un servo mio! E un ben ch’invan desio, ei posseder dovrà? Vedrò per man d’amore Unita a un vile oggetto Chi in me destò un affetto Che per me poi non ha? Ah no, lasciarti in pace, Non vo’ questo contento, tu non nascesti, audace, per dare a me tormento, e forse ancor per ridere di mia infelicità. Già la speranza sola Delle vendette mie Quest’anima consola, e giubilar mi fa. |
Recitativo
“¡Ya has ganado la causa!” ¡Qué oigo!
¿En qué trampa caía? ¡Pérfidos! Yo quiero… de tal modo castigaros… a mi gusto la sentencia será… ¿Pero si él pagase a la vieja pretendiente? ¡Pagarla! ¿De qué manera? Y después está Antonio que a ese expósito de Fígaro le niega a su sobrina en matrimonio. Cultivando el orgullo de este mentecato, todo ayuda a la artimaña… El golpe está hecho.
Aria
¿Veré, mientras yo suspiro, feliz a un siervo mío? Y un bien que en vano deseo, ¿él deberá poseer? ¿Veré por mano del amor unida a un vil sujeto a quién en mí suscito un afecto y que por mí no lo siente? ¡Ah no!, dejarte en paz, ¡no deseo esta felicidad! tú no naciste, audaz, para darme tormento, y también quizá para reírte, para reírte de mi desdicha. Ya la sola esperanza de mi venganza consuela a mi alma y la llena de júbilo… |
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