Título original: Le Roi Danse.
Año: 2000.
Duración: 115 min.
País: Bélgica.
Director: Gérard Corbiau.
Guión: Eve de Castro, Andrée Corbiau,
Gérard Corbiau (sobre la novela de Phillippe Beaussant).
Fotografía: Gérard Simon.
Reparto: Benoît Magimel, Boris
Terral, Tcheky Karyo, Colette Emmanuelle, Jacques François, Cécile Bois, Claire
Keim, Johan Leysen, Idwig Stéphane, Emil Tarding.
Productora:
Coproducción Bélgica-Francia-Alemania; K-Star / France 2 Cinéma / MMC
Independent / K-Dance.
Sinopsis: El film
narra la relación entre el rey sol (Luis XIV) y el compositor de su corte, Jean
Baptiste Lully. Narrado en flash-back, el superintendente de música de la Corte
recuerda, mientras agoniza, los mejores momentos de su vida. Comienza cuando el
Rey a los 14 años se ve sometido a los dictados de su madre −la reina de
Austria, viuda de Luis XIII− y su grupo de consejeros encabezados por el cardenal
Mazarino, primer ministro. Al cumplir el rey 22 años, muere Mazarino, lo que
supone que Luis XIV toma las riendas del poder. Así, en contra de la opinión de
su madre, rechaza el nombramiento de un primer ministro e intensifica su
relación con Molière y, sobre todo, con Lully, que siente por él gran
admiración y un afecto obsesivo y enfermizo.
Comentario: Gérad
Corbiau, realizador de “Farinelli” (1994), basa su película en la novela
histórica de Phillippe Beaussant, que expone la afición de Luis XIV por la
música, la danza, el teatro y la ópera, sin abordar otros aspectos de su
intensa y tumultuosa vida de monarca absolutista.
La película ofrece una descripción suntuosa y preciosista de
la Corte francesa, en la que abundan las intrigas, las traiciones y el
asesinato. El vestuario es notable en corrección histórica, variedad de formas,
porte y color. La coreografía es brillante y espectacular. La interpretación de
los actores principales, Benoît Magimel (Luis XIV), Boris Terral (Lully) y
Tcheky Karyo (Molière), es convincente.
En cuanto a la música, casi todas las composiciones que se
escuchan pertenecen a Lully, salvo en la escena de la interpretación de la
ópera de Cambert, en la que la música es de dicha ópera, y en la representación
de “El enfermo imaginario”, en la que se oye la música que Charpentier compuso
para la ocasión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.