viernes, 20 de mayo de 2016

M. de Falla: El sombrero de tres picos

Clara Mouriz, mezzosoprano
Antonio Márquez, bailarín

Compañía de Antonio Márquez
BBC Philharmonic Orchestra

Juanjo Mena, director

El sombrero de tres picos es un ballet con música de Manuel de Falla y coreografía de Léonide Massine basado en la novela homónima del escritor Pedro Antonio de Alarcón. Se estrenó el 22 de julio de 1919 en el Alhambra Theatre de Londres bajo la batuta de Ernest Ansermet con decorados y figurines de Pablo Picasso. Los intérpretes principales fueron el propio Léonide Massine como el molinero y Tamara Karsávina en el papel de la molinera.

El argumento de la novela de Pedro Antonio de Alarcón es el siguiente: En la ciudad había un molino con un molinero, et tío Lucas, y su mujer, Frasquita. Allí acudía a las tertulias mucha gente importante como el obispo con su familia, el corregidor, etc. y todos los que pasaban por allí, se admiraban por la belleza de Frasquita.

Una tarde el corregidor va a ver a la molinera y habla con ella preguntándole que si él le atraía. Más tarde llega a la ciudad y el corregidor manda a Toñuelo para que engañe al molinero a pasar la noche en el ayuntamiento y así él puede pasar la noche con la molinera. Toñuelo le dice a Lucas que vaya a casa del alcalde, cogen un burro y se van, y Frasquita se queda sola. El alcalde le dice a Lucas que se quede en su casa a dormir, pero Lucas, que sospecha lo que pasa, se las ingenia para escaparse con una burra y vuelve al molino.  Frasquita oye voces de auxilio del Corregidor y le deja pasar a su casa para que seque sus ropas que están empapadas. Seguidamente, el Corregidor se desmaya y Frasquita lo acuesta sin ropa en su cama. Lucas llega al molino, entra y ve las ropas del corregidor secándose, por lo que piensa que su mujer le ha engañado. Se pone la ropa del corregidor y va en busca de Mercedes (la señora del Corregidor), para tomarse su venganza. Frasquita avisa a Garduña que el Corregidor está enfermo y va en busca de su marido a la ciudad. El Corregidor ordena a Garduña que detenga a Frasquita porque ésta iría a avisar a su mujer. Frasquita llega a la casa del alcalde y exige ver a su marido, creyendo que está durmiendo abajo. Al ver que no está, van al molino para aclarar las cosas. Garduña va a la casa del Corregidor para ver si está allí Frasquita, los criados le dicen que no y éste les ordena que no dejen entrar a nadie. Seguidamente, se va al molino. Mientras tanto, Lucas, disfrazado de corregidor, entra en la casa de éste.

Llegan al molino la Señora, Toñuelo y el alcalde. En medio de toda la confusión, entre todos llegan a la conclusión de que Lucas debe estar en la casa del Corregidor. Cuando llegan allí, el matrimonio discute. Mercedes explica a Frasquita que entre Lucas y ella no había pasado nada, ya que Lucas le contó todo y deciden seguir con el plan para desenmascarar al Corregidor. Finalmente, Frasquita perdona a Lucas.

La gestación del ballet

Diághilev, «testarudo e impaciente» según María Martínez Sierra, urgía la transformación de El corregidor y la molinera en el ballet para su compañía. «Empujados por su voluntad imperiosa, músico y libretista nos pusimos de nuevo al trabajo», recordaba María. Entretanto el creador de los Ballets Russes ha sumado a Pablo Picasso al proyecto. El pintor firmará los figurines, el decorado y el telón para El sombrero de tres picos, título definitivo del ballet.

La Primera Guerra Mundial llegaba a sus últimos meses. Diághilev, que había dejado España en agosto de 1918, triunfa con su compañía en Londres. Manuel de Falla le escribe en octubre una tarjeta postal que reproduce El Pelele, de Goya, y sobre la imagen copia una melodía popular que aparecerá en El sombrero de tres picos. En el reverso Falla, en francés, felicita doblemente a Diághilev:

Muchas felicidades por el gran éxito de los Ballets en Londres... y por el triunfo soberbio de los aliados. ¡Reboso de alegría!

En Londres, en su Teatro Alhambra, los Ballets Russes estrenaron el 22 de julio de 1919 El sombrero de tres picos, con coreografía de Léonide Massine. Sin embargo, Manuel de Falla no pudo disfrutar el éxito obtenido: ese mismo día moría en Madrid su madre. El poeta Juan Ramón Jiménez escribía el 27 de julio a Falla:

El mismo día, leí en «El Sol» su tristeza de hijo y su éxito de músico. Le mando un abrazo fuerte, en el que querría que sintiera usted, con la misma intensidad que salen de mí, mi admiración y contento, fundidos con mi cariño y mi pena.

Comentarios

En la historia de la danza teatral del siglo XX, El sombrero de tres picos puede reclamar un lugar tan significativo como el de Petrushka de Ígor Stravinski. Ambas obras fueron producidas por el gran empresario Serguéi Diághilev y representadas por sus Ballets Rusos. Las dos rompen con las primitivas tradiciones temáticas que poblaban el género de princesas, apariciones y cisnes. Pero todavía más importante, quizás, es su visión de la burguesía con una cierta simpatía. En este sentido, en El sombrero se reflejan las actitudes y aspiraciones de la Andalucía rural.

Una primera versión, llamada El corregidor y la molinera, fue representada en 1917 en el Teatro Eslava de Madrid en forma de pantomima en dos partes. Más tarde, Diághilev conoció a Falla y lo convenció de la necesidad de retocar la obra con la intención de dotarla de mayor estructura teatral; el autor modificó la partitura para adaptarla al género de la danza, eliminando gran parte de los elementos descriptivos (incluso irónicos) y expandiendo las partes bailables.


Tras el estreno del ballet, Falla compuso dos suites orquestales que se suelen interpretar en versión de concierto más que el propio ballet. En ellas, retiró algunos fragmentos vocales y de transición contenidos en el original.

viernes, 13 de mayo de 2016

I. Stravinski: Petrushka, escenas burlescas en cuatro cuadros


Rudolf Nureyev, Denise Jackson, Christian Holder, Gary Chryst
The Joffrey Ballet

Música: Ígor Stravinski
Coreografía: Mijaíl Fokine

Vestuario y decorados: Alexander Benois

Petrushka es un ballet cómico en un acto y cuatro cuadros. Se trata del tercero de los ballets rusos de la juventud de Stravinski. Aunque en principio su música estaba destinada a una obra concertante para piano y orquesta, Diághilev convenció a Stravinski para que lo convirtiera en un ballet, con la ayuda del entonces decorador de los ballets rusos, el pintor Alexander Benois.
Shostakóvich afirmaba que Petrushka era el más profundo de los ballets de Stravinski.
Cuadro I
La acción empieza en San Petesburgo, durante la Semana de la Mantequilla, una especie de pre-carnaval colorista ruso. Los ritmos cambiantes y la orquestación describen el bullicio y la fiesta de la feria. Aparece un organillo y una muchacha se pone a bailar, entreteniendo al gentío. Unos tamborileros anuncian la llegada del Mago Oriental, que cautiva y atrae la atención de la audiencia. El Mago se para frente a su teatrillo, la cortina se descorre y se descubren las marionetas de un Moro, de una Bailarina y de Petrushka. 

El Mago lanza un hechizo con su flauta; las marionetas cobran vida, abandonan sus perchas y bailan una vigorosa danza rusa, para sorpresa de todos los presentes. Petrushka está enamorado de la Bailarina, pero esta muestra una clara preferencia por el Moro. Petrushka intenta agredir al Moro, tras lo cual es reprendido por el Mago que lo encierra en su cuarto. 

Cuadro II
Dentro del cuarto, se observa que Petrushka, a pesar de ser una marioneta, tiene emociones completamente humanas: le guarda rencor al Mago por haberlo encerrado, y está muy enamorado de la Bailarina. 
En lo alto de una de las paredes hay un retrato del Mago, para recordar a Petrushka que es una marioneta. Esto enfurece a Petrushka, que levanta sus puños contra el cuadro. Luego intenta escaparse, pero no lo consigue.
El Mago lleva a la bailarina en la habitación de Petrushka. Éste le declara su amor de forma ridícula, torpe, incluso violenta. La bailarina, entre asqueada y asustada, lo rechaza. El mago la saca de allí, pues la habitación es demasiado poco confortable por la forma cruel que tiene el Mago de tratar a Petrushka. Éste se da cuenta de que la va a llevar a la habitación del moro, lo cual hiere aún más su débil sensibilidad.

Cuadro III
La habitación del Moro. Mucho mejor decorada que la de Petrushka, mucho más confortable, con animales, plantas, frutas...
El Moro, tumbado en su lecho, juega dándole vueltas a un coco. Intenta partirlo con su cimitarra, pero falla y entonces llega a la conclusión de que debe ser un dios, y lo adora.
El Mago lleva a la habitación a la Bailarina, que entra danzando y con una trompeta de juguete. Baila un vals con el Moro. La Bailarina acepta las cortesías y el confort que le ofrece el Moro y se sientan juntos.
Petrushka, preso de celos, rompe su encierro y entra a la habitación del Moro, interrumpiendo la escena. Petrushka ataca al Moro, pero pronto se da cuenta de que es demasiado pequeño y débil, por lo que huye, perseguido por el Moro y su cimitarra, y sale de la habitación.
Cuadro IV
Cae la tarde. Mientras ocurría todo lo anterior de puertas adentro del teatrillo, la fiesta continúa en la feria. Una serie de personajes aparecen por el escenario, empezando por una danza popular de las nodrizas, seguidas de un hombre y su oso amaestrado, un grupo de gitanos, hombres con máscaras y disfraces. Cada vez más oscuro.
Cuando la fiesta está llegando a su apogeo, se oye un grito desde dentro del teatro. Petrushka sale corriendo y atraviesa la escena, seguido del Moro y la cimitarra. La gente se horroriza cuando el Moro le abre la cabeza a Petrushka de un corte. Petrushka muere.
Cada vez más oscuro. Envían al guardia a buscar al Mago, el cual levanta el cuerpo de Petrushka, que ahora no es más que una marioneta, calmando así los ánimos del público.
A medida que anochece, la gente se dispersa. El Mago, solo, carga entonces con el cuerpo Petrushka hacia el teatro. Aparece el fantasma de Petrushka en el tejado, gritando atormentado contra el Mago. El Mago huye con una última mirada temerosa por encima del hombro. En la escena sólo quedan el espíritu y el cuerpo de Petrushka, dejando a los espectadores con la duda de cuál es el real.

miércoles, 11 de mayo de 2016

G. F. Haendel: Or la tromba in suon festante, de "Rinaldo"


David Daniels - (contratenor / Rinaldo)

Bayerisches Staatsorchester 
Harry Bicket (director)


“Rinaldo” es la ópera que abre la aventura londinense de Georg Friderich Handel. Después de haber viajado por las principales ciudades italianas y tras su paso por alguna de las cortes más ricas de Alemania, el joven compositor llega a la capital británica deseoso de sorprender y asombrar a su público. En 1711, y gracias al hábil empresario John James Heidegger, Haendel conoció al escritor e intelectual Aaron Hill, el cual le ofreció su último libreto, “Rinaldo”, basado en el texto de Torquato Tasso, “La Jerusalén liberada”, pilar fundamental de la literatura renacentista italiana y europea. La primera versión de “Rinaldo” fue estrenada, con enorme éxito, en el Haymarket Theatre de Londres el 24 de febrero de 1711. Una segunda y diferente versión se presentó en el King’s Theatre de la misma ciudad el 6 de abril 1731.
En la época de las Cruzadas, Goffredo de Bouillon, capitán de la expedición a Tierra Santa, a fin de obtener la ayuda del joven Rinaldo, valiente caballero templario, le promete en matrimonio a su bella hija Almirena, siempre y cuando logre la conquista de Jerusalén. Los cristianos, encabezados por Rinaldo, ocupan Palestina y asedian a su rey pagano, Argante. Mientras tanto, la hechicera Armida, amante de Argante, logra, con su magia, encarcelar a Almirena en el castillo de este último y así atraer a Rinaldo, del cual Armida se enamora. En vano intenta seducirlo, incluso convirtiéndose en Almirena. La historia se complica cuando Argante, a su vez, se enamora de Almirena, quien lo rechaza indignada. Después de innumerables dificultades, Rinaldo con su ejército logra ocupar Jerusalén, captura a Argante y a Armida, y, finalmente, se casa con Almirena.

De todas las bellísimas arias que caracterizan esta ópera, la que le se presenta en el vídeo es “Or la tromba in suon festante”, que Rinaldo canta al final de la ópera cuando pasa revista al ejército cristiano durante la celebración de la victoria.

viernes, 6 de mayo de 2016

P. I. Chaikovski: La bella durmiente

Roberto Bolle
Diana Vishneva
Ballet y Orquesta del Teatro de la Scala de Milán
Kevin Rhodes, director
Rudolf Nureyev, coreografía

Franca Squarciapino, vestuario y decorados


La Bella Durmiente es un ballet en un prólogo y tres actos, que se interpreta en dos partes.
Está basado en el cuento del mismo nombre escrito por el francés Charles Perrault, cuenta con la coreografía original de Marius Petipa, libreto de Iván A.Vsevolojsky y música de Chaikovski. Fue estrenado el 3 de enero de 1890 en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo y desde entonces muchos han sido los coreógrafos y compañías de ballet que han presentado sus personales versiones de esta maravillosa obra.

PARTE I

Prólogo
En el palacio del Rey Florestán XIV se festeja el bautizo de su hija, la princesa Aurora. A la fiesta están invitadas seis hadas y cada una se acerca a la recién nacida para entregarle su regalo. Aparece la malvada bruja Carabosse y, furiosa porque no ha sido invitada a la fiesta, lanza una maldición sobre la niña: "cuando cumpla dieciséis años morirá al pincharse con el huso de una rueca". Los reyes y la corte están horrorizados con la maldición de Carabosse, pero aparece el Hada de las Lilas, quien aún no había entregado su presente a la niña, y dice: "mi regalo es que esta niña no morirá, caerá en un sueño y sera despertada por un deseo de amor". 

Primer acto
Fiesta en el palacio, la princesa Aurora cumple dieciséis años. Sus padres, los reyes, han prohibido en su reino todos los husos. A la fiesta han sido invitados cuatro príncipes de diferentes partes del mundo que han venido a solicitar la mano de la princesa. Bailan el Adagio de la Rosa. Mientras transcurre la fiesta se le acerca a la princesa Aurora una vieja y le regala un objeto que nunca había visto: un huso. Aurora, encantada con el extraño presente, juega con él y se pincha, cayendo inmediatamente en un profundo sueño. La vieja no es otra que Carabosse que se burla de la angustia de todos; llega el Hada de las Lilas y recuerda a todos el regalo que ella le otorgó a la princesa en su cuna. Por un encantamiento hace dormir a toda la corte y luego cubre el castillo con un espeso bosque.

PARTE II

Segundo acto
Han pasado cien años. En un claro del bosque el Príncipe Desiré pasea con sus amigos. El Hada de las Lilas hace que el príncipe tenga una visión de la princesa Aurora. El príncipe se enamora de la princesa y le pide al Hada que lo lleve junto a ella. El Hada de las Lilas le conduce a través del bosque hasta llegar al palacio. Allí descubre a la bella durmiente rodeada por su corte, también durmiente, la besa y ella y toda la corte despiertan. Los reyes bendicen a la pareja enamorada.

Tercer acto
En el salón del palacio se celebran las bodas de la princesa Aurora con el príncipe Desiré. Bailan para ellos diversos personajes: el Gato con Botas y la Gata Blanca, Caperucita Roja y el Lobo, Cenicienta y el príncipe Fortuna, el Pájaro Azul y la princesa Fiorina, cortesanos y cortesanas: para finalizar la princesa Aurora y el príncipe Desiré bailan el Grand pas de deux.

lunes, 2 de mayo de 2016

P. I. Chaikovski: Romeo y Julieta, Fantasía-obertura para orquesta en si menor

Orquesta Sinfónica de Londres
Valery Gergiev, director

Chaikovski compuso Romeo y Julieta durante los últimos meses de 1869. La obra se estrenó el 16 de marzo de 1870 por la Sociedad Musical Rusa, dirigida por Nikolái Rubinstein, en Moscú. Chaikovski la revisó en profundidad en 1870 y de nuevo en 1880.
El compositor Mily Balákirev (1837-1910) era un sujeto bastante entrometido. No se contentaba simplemente con escribir su propia música. También deseaba meter mano en la creación de la música de otros compositores. De este modo se convirtió en el líder del grupo de nacionalistas rusos conocidos como Los Cinco Grandes y también se hizo amigo de Chaikovski y le dio muchas sugerencias detalladas acerca de diversas composiciones. No solamente tomó parte activa en la creación de Romeo y Julieta sino que también, muchos años después, suministró un programa y consejos específicos de composición sobre la Sinfonía Manfredo.

Balákirev le escribió a Chaikovski en el otoño de 1869, sugiriendo la composición de una obertura basada en Romeo y Julieta de Shakespeare. Balákirev incluyó algunas partes musicales que consideraba apropiadas para la apertura; describía métodos de trabajo exactos para ayudar a encontrar inspiración a Chaikovski; por ejemplo, detallaba las tonalidades para las diversas secciones de la pieza. Chaikovski era un joven impresionable e inseguro. Apreciaba el interés de Balákirev, en lugar de resistirse a las injerencias de su amigo. Chaikovski llegó hasta a presentar a Balákirev la composición terminada para que éste le hiciera correcciones.
Desde el punto de vista musical, así como el programático, la obertura gira alrededor del tema de amor. Chaikovski nos mantiene esperando en suspenso durante mucho tiempo antes de permitirnos oírlos en toda su gloria. Primero oímos la música de fray Lorenzo: acordes sostenidos en los vientos con diversos acompañamientos de arpegios de arpa, líneas de cuerdas y pizzicatos en las cuerdas. Después de un tramo bastante largo de esta introducción lenta, estalla el primer tema de la sección central. Esta música frenética, con sus ritmos angulares, representa a las familias enemistadas. Tras un desarrollo bastante enérgico, hay una transición -como ocurre en una forma sonata propiamente dicha- hacia el tema de amor. Una exaltación considerable lleva a la recapitulación. Después se vuelve a exponer el primer tema. Y entonces Chaikovski nos da no el tema de amor sino su secuela intrascendente.

S. Prokófieff: Suite de "Romeo y Julieta"

Orchestre Philharmonique de Radio France
Myung-Whun Chung, director

En 1934 el Teatro Kírov de Leningrado (en la actualidad, Teatro Mariinsky de San Petersburgo) encargó un ballet a Prokófieff. El compositor solicitó una sinopsis de la inmortal historia de amor de Romeo y Julieta a Adrian Piotrovsky y Sergey Radlov que, curiosamente, tenía un final feliz, es decir, no morían los dos enamorados y se realizaban sus anhelos de felicidad. Sin embargo, por diversas razones el Kírov rechazó la obra.
En 1935 el Teatro Bolshoi de Moscú se interesó por el ballet, pero cuando empezaron los primeros ensayos, su extensa duración, la complejidad rítmica de la música y los pasajes de baja sonoridad desconcertaron a los bailarines quienes finalmente la declararon imposible de ser bailada: la obra no se llegó a estrenar.
Por si fuera poco, el gobierno ruso de aquel entonces señalaba a Prokófieff y Shostakóvich como músicos no gratos y a través del periódico Pravda, su medio de comunicación oficial, publicaba artículos en los trataba de desacreditarlos y los calificaba de "modernistas degenerados".
Prokófieff revisó la partitura de su ballet y preparó dos suites para orquesta sinfónica, así como una transcripción para piano, para tratar de dar a conocer la composición en algunos conciertos.
Finalmente Romeo y Julieta pudo estrenarse con muy buena acogida el 30 de diciembre de 1938 en la ciudad de Brno (República Checa).
En Rusia tuvo su primera representación dos años más tarde, en una versión revisada, en el Teatro Kírov, al cual estaba originalmente destinada, con una coreografía de Léonide Lavrovski, que todavía sigue vigente. En 1962 la de John Cranko para el ballet de Stuttgart proporcionó a esta compañía una reputación a nivel mundial y se presentó en América en 1969. En 1965 el Royal Ballet de Londres presentó una nueva producción con coreografía de Kenneth MacMillan y los famosos intérpretes Rudolf Nureyev y Margot Fonteyn. También el propio Nureyev hizo otra coreografía.


Romeo y Julieta está articulado tres actos, quince escenas y 50 números musicales. El ballet se presenta como una sucesión de cuadros que parecen cobrar vida con la música. La partitura musical es una de las obras maestras de Prokófieff quien la cuidó con exquisito detalle, incluyendo en la orquestación instrumentos infrecuentes como la mandolina, el xilófono, las maracas, la pandereta, el carillón, el piano y la celesta, entre otros, además de los habituales en una orquesta. Algunos fragmentos gozan de gran popularidad, aunque toda la partitura es genial, unas veces con música de dramática fuerza descriptiva, otras con bellas melodías de tenue delicadeza, siempre con una original inventiva rítmica.