Dawn Upshaw, soprano
Orquesta de la Tonhalle de Zúrich
David Zinman, director
Das himmlische Leben
Wir genießen die himmlischen Freuden,
Drum tun wir das Irdische meiden,
Kein weltlich Getümmel
Hört man nicht im Himmel!
Lebt alles in sanftester Ruh'!
Wir führen ein englisches Leben!
Sind dennoch ganz lustig daneben!
Wir tanzen und springen,
Wir hüpfen und singen!
Sankt Peter im Himmel sieht zu!
Johannes das Lämmlein auslasset,
Der Metzger Herodes drauf passet!
Wir führen ein geduldig's,
Unschuldig's, geduldig's,
Ein liebliches Lämmlein zu Tod!
Sankt Lucas den Ochsen tät schlachten
Ohn' einig's Bedenken und Achten,
Der Wein kost' kein Heller
Im himmlischen Keller,
Die Englein, die backen das Brot.
Gut' Kräuter von allerhand Arten,
Die wachsen im himmlischen Garten!
Gut' Spargel, Fisolen
Und was wir nur wollen!
Ganze Schüsseln voll sind uns bereit!
Gut Äpfel, gut' Birn' und gut' Trauben!
Die Gärtner, die alles erlauben!
Willst Rehbock, willst Hasen,
Auf offener Straßen
Sie laufen herbei!
Sollt' ein Fasttag etwa kommen,
Alle Fische gleich mit Freuden angeschwommen!
Dort läuft schon Sankt Peter
Mit Netz und mit Köder
Zum himmlischen Weiher hinein.
Sankt Martha die Köchin muß sein.
Kein' Musik ist ja nicht auf Erden,
Die uns'rer verglichen kann werden.
Elftausend Jungfrauen
Zu tanzen sich trauen!
Sankt Ursula selbst dazu lacht!
Kein Musik ist ja nicht auf Erden,
die unsrer verglichen kann werden.
Cäcilia mit ihren Verwandten
Sind treffliche Hofmusikanten!
Die englischen Stimmen
Ermuntern
die Sinnen,
Daß alles
für Freuden erwacht.
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La vida
celestial
Disfrutamos
los placeres celestiales
y evitamos
los terrenales.
¡Ningún
tumulto mundano
alcanza a
oírse en el Cielo!
¡Todo vive
en la paz más dulce!
¡Llevamos
una vida angelical!
No
obstante, somos muy alegres:
bailamos y
brincamos,
¡brincamos
y cantamos!
Entretanto,
¡San Pedro está en el Cielo!
San Juan
ha permitido a su pequeño cordero
¡ir al
encuentro del carnicero Herodes!
Conducimos
a una víctima,
a una
inocente víctima
¡al
pequeño cordero a la muerte!
San Lucas
sacrifica los bueyes
sin
prestarles pensamiento o atención.
El vino no
cuesta un penique
en la
bodega del Cielo
y los
ángeles, cuecen el pan.
Sabrosas
verduras, de todo tipo,
¡crecen en
el jardín de Cielo!
Suculentos
espárragos, frijoles,
¡y
cualquier cosa que deseemos!
¡Generosas
fuentes están a nuestra disposición!
¡Jugosas
manzanas, peras y uvas!
¡El
Jardinero nos lo permite todo!
¿Te gustaría
un ciervo, te gustaría una liebre?
Por las
despejadas llanuras,
¡ellos
caminan a tu lado!
Si algún
día lo necesitaras,
¡todos los
peces nadarían alegres junto a ti!
Allí, San
Pedro camina,
con sus
redes y cebo,
al
estanque celestial.
¡Santa Marta
debe ser la cocinera!
Ninguna
música terrenal
puede
compararse a la nuestra.
¡Once mil
doncellas
se atreven
a bailar!
¡Incluso
la propia Santa Úrsula está riéndose!
Ninguna
música terrenal
puede
compararse a la nuestra.
Cecilia y
todos sus parientes
¡forman un
espléndido conjunto musical!
Las voces
angélicas
despierten
los sentidos
para que
todo renazca con la alegría.
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