Orquesta Sinfónica de Londres
Leonard Bernstein, director
La Segunda de Mahler no solo es una de las obras más monumentales de su ciclo sinfónico, sino también de toda la historia de la música. Además de las dos cantantes y el coro, la partitura requiere de la intervención del órgano en el quinto y último movimiento y de una orquesta gigantesca con 10 trompas, amplia percusión, que incluye dos gongs, uno agudo y otro grave, y dos arpas.
Esta obra, cuya ejecución está en torno a una hora y veinte minutos, era para Theodor Adorno, uno de los más claros ejemplos del arte monumental de Mahler, que supone "una violenta ofensiva contra la restricción individual, convencional y burguesa de la música, contra la elegante miniatura, contra las viñetas sonoras del último Brahms o de Debussy".
La Segunda de Mahler es, además, una obra que transmite especialmente la obsesión del compositor por la muerte, omnipresente en su producción, y en este caso por la resurrección que parece reclamarse entre la esperanza y la desconfianza en el Finale por alguien que, como él, se convirtió del judaísmo al cristianismo.
Pese a la unidad que presenta para el oyente, la creación de esta sinfonía llevó seis años al compositor. El embrión fue una especie de poema sinfónico, compuesto por Mahler al tiempo que su Primera Sinfonía, con el nombre de Totenfeier (Ceremonia fúnebre) y acabado en Leipzig en 1888, que más tarde se convertiría en el Allegro inicial de la obra.
Al componer el Totenfeier Mahler había esbozado los dos primeros temas del Andante moderado en la bemol, que fue concluido como segundo movimiento en junio de 1893. Se trata de uno de los más bellos movimientos que salieron de su pluma y no falta quien lo relaciona con el tercer movimiento de la Novena de Beethoven. El compositor pedía que entre el primer movimiento y este se hiciese una pausa aproximada de cinco minutos.
Enseguida Mahler inició la composición del siguiente movimiento, un Scherzo, al mismo tiempo que el Lied Das Antonios von Padua Fischpredigt (El sermón de San Antonio de Padua a los peces), con la misma base musical en ambos. Titulado In ruhig fliessender Bewegung (En tranquilo movimiento que fluye) es una especie de moto perpetuo.
Este fragmento fue reutilizado por Luciano Berio como base de su Sinfonía de 1968, aunque incluye citas de otras obras.
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