Real Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam
Antonio Pappano, director
La Obertura 1812, Op. 49 es una obertura romántica escrita por Chaikovski en 1880. El estreno tuvo lugar en Moscú, el 20 de agosto de 1882. La obra conmemora la victoriosa resistencia rusa en 1812 frente al avance de la Grande Armée de Napoleón Bonaparte. Su final incluye disparos de salvas de cañón, repique de campanas y fuegos de artificio.
Los tempi del único movimiento de esta obra son Lento - Andante - Allegro giusto - Largo - Allegro vivace. En la partitura constan dieciséis disparos de cañón. La obra comienza con una melodía de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Dios proteja a su Pueblo, ejecutada por ocho violonchelos y cuatro violas, que recuerda cómo la declaración de guerra contra Francia fue notificada al pueblo en los servicios religiosos de toda Rusia. En ocasiones esta parte de la obertura es cantada a cappella por un coro. Continúa con una mezcla de melodías tradicionales (incluida la danza A la puerta, a mi puerta) y militares, que representan la angustia creciente del pueblo ruso al saberse invadidos por el ejército francés. La pieza prosigue con una marcha presentada por los metales, donde se oye cargar a los ejércitos para enfrentarse en la batalla de Borodino. Un fragmento repetitivo y triunfal del himno nacional francés, La Marsellesa, sirve para representar al ejército invasor y la inicial victoria de Napoleón. A continuación, un diminuendo en la música sirve para expresar la retirada de las tropas rusas, evitando la confrontación directa con las francesas, al tiempo que dejan tras de sí la tierra arrasada. Vuelve a sonar la marcha en los metales y el fragmento de La marsellesa para indicar la entrada de los franceses en una Moscú incendiada. El fragmento de La marsellesa vuelve a sonar, ahora en diminuendo, sugiriendo la retirada de las tropas francesas, al tiempo que un crescendo indica el asedio ruso. Cinco disparos de cañón acompañan el avance de los rusos expresado en los instrumentos de cuerda y los metales, que preparan para el cierre triunfal con el contrapunto entre el leitmotiv que representa al ejército ruso y el himno imperial ruso Dios salve al Zar, apoyado por once disparos de cañón, el repique de campanas y los fuegos artificiales. Este final muestra un anacronismo curioso, ya que en 1812 Dios salve al Zar no era el himno ruso, sino que lo era en la época en la que Chaikovski compuso la obra.
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