martes, 19 de julio de 2016

G. Puccini: Si, mi chiamano Mimì, aria de la soprano en el acto I de "La bohème"

Angela Gheorghiu, soprano
(Festival de Orange, 2005)

El lenguaje musical de La bohème se desliza suavemente, huye de violentas rupturas. Así el canto se transforma casi en un diálogo con música que resulta de una mezcla de sentimentalismo, erotismo y nostalgia, en un perfecto equilibrio cohesionado por numerosos motivos conductores que crean o recuerdan una atmósfera al definir un personaje o una situación. Es precisamente el empleo de estos motivos el que asegura la homogeneidad del conjunto y mantiene la unidad narrativa de la ópera.
En el primer acto Mimì y Rodolfo se conocen en el ático que el poeta comparte con Marcello, el pintor. El flechazo es inmediato, Mimì, tras perder la llave de su habitación, sopla su vela con disimulo y ambos se quedan a oscuras buscando la llave. Rodolfo, tanteando en la oscuridad, coge la fría mano de Mimì (“Che gelida manina”) y se presenta posteriormente en su aria (“Chi son? sono un poeta”) invitando a presentarse después a Mimì.El aria de la soprano tiene dos partes que se cortan en una simple pregunta de Mimì a Rodolfo. En la primera parte, Mimì comenta que se dedica a bordar y a disfrutar de la poesía con un gran lirismo (“Mi piacci on quelle cose…”). Tras el asentimiento de Rodolfo, se vuelve a desarrollar una gran belleza que va en la misma línea pero que, por momentos, la supera (“Ma quando vien lo sgelo…”).  Esa sencillez de Mimì se expresa a la perfección en una música que acompaña en la misma línea.


MIMÌ
(È un po' titubante, poi si decide
a parlare; sempre seduta.)
Sì.
Mi chiamano Mimì,
ma il mio nome è Lucia.
La storia mia è breve.
A tela o a seta
ricamo in casa e fuori...
Son tranquilla e lieta
ed è mio svago
far gigli e rose.
Mi piaccion quelle cose
che han sì dolce malìa,
che parlano d'amor,
di primavere,
che parlano di sogni
e di chimere,
quelle cose che han nome poesia...
Lei m'intende?

RODOLFO
(commosso)
Sì.

MIMÌ
Mi chiamano Mimì,
il perché non so.
Sola, mi fo il pranzo
da me stessa.
Non vado sempre a messa,
ma prego assai il Signore.
Vivo sola, soletta
là in una bianca cameretta:
guardo sui tetti e in cielo;
ma quando vien lo sgelo
il primo sole è mio
il primo bacio dell'aprile è mio!
Germoglia in un vaso una rosa...
Foglia a foglia l'aspiro:
Cosi gentile
il profumo d'un fiore!
Ma i fior ch'io faccio,
ahimè,
il fior ch'io faccio
ahimè! non hanno odore.
Altro di me non le saprei narrare.
Sono la sua vicina
che la vien fuori d'ora a importunare.
MIMÍ
(Titubea, pero se decide a hablar.
Sigue sentada)
Sí.
Me llaman Mimí,
aunque me llamo Lucia.
La historia mía es breve.
En tela o en seda bordo,
en casa y fuera.
Soy tranquila y alegre,
y me distraigo
haciendo lirios y rosas.
Me gustan las cosas
que tienen ese dulce hechizo,
que hablan de amor,
de primaveras;
que hablan de sueños,
y de quimeras,
esas cosas que llaman poesía...
¿Me entiende?

RODOLFO
(Conmovido)
Sí.

MIMÍ
Me llaman Mimí.
El por qué ... no lo sé.
Sola me hago la comida,
para mi sola.
No voy siempre a misa,
pero le rezo bastante al Señor.
Vivo sola, solita; ahí,
en una pequeña habitación blanca,
miro a los tejados y al cielo.
Y, cuando comienza el deshielo,
el primer sol es mío,
¡el primer beso de abril es mío!
Germina, plantada, una rosa,
hoja a hoja, la aspiro;
es tan delicado
el perfume de una flor...
Pero las flores que yo hago,
¡ay de mi!
las flores que yo hago... ¡ay!
no tienen olor...
De mi, nada más sabría contarle.
Soy su vecina que le viene,
a deshora, a importunar.

lunes, 18 de julio de 2016

Alban Berg: Wozzeck (Ópera del Estado de Viena, 1987)



Wozzeck: Franz Grundheber
Marie: Hildegard Behrens
El Tambor mayor: Walter Raffeiner
Andrés: Philip Langridge
El Capitán: Heinz Zednik
El Doctor: Aage Haugland
Margret: Anna Gonda

Coro y Orquesta de la Ópera del Estado de Viena
Claudio Abbado, director

Director escénico: Adolf Dresen
Maestro del Coro: Helmuth Froschauer

Wozzeck es una de las obras que han abierto un rumbo nuevo, no ya en la historia de la ópera, sino en la del propio lenguaje musical, amén de sintetizar el Zeitgeist, el espíritu de su tiempo, de modo estremecedor. La acción se desarrolla en una ciudad alemana no especificada, a mediados del siglo XIX. El estreno de Wozzeck tuvo lugar el 14 de diciembre de 1925 en la Ópera del Estado de Berlín (Unter den Linden), bajo la dirección de Erich Kleiber, siendo cantado el papel principal por el barítono Leo Schützendorf.
Wozzeck se basa en el drama homónimo de Georg Büchner escrito hacia 1830 y no representado hasta 1913. La acción parte de un suceso acaecido en 1824, la ejecución en Leipzig del barbero Johann Christian Woyzeck, un antiguo soldado esquizofrénico que había asesinado a su mujer. La diferencia entre ese nombre y el título de la ópera se debe a una errata de la primera edición del drama que Berg ha conservado. El propio Berg fue voluntario en la Primera Guerra Mundial, experiencia que provocó en él un radical y violento antimilitarismo, pero la elección del drama de Büchner como tema para su primera ópera fue anterior a ello.
Wozzeck es un texto atravesado por leitmotiv asociados a personajes y situaciones en que la dramaturgia está creada por una música que, a su vez, es una especie de contrafigura abstracta del devenir dramático, de modo que es imposible separar un plano del otro: pero es también un paradójico producto del neoclasicismo de los años veinte, ya que cada escena se remite a una forma musical rigurosamente articulada, cuya dislocación ocasionalmente caricaturesca expresa de modo elocuente el malestar de un universo radicalmente cruel e injusto.
Wozzeck era la obra atonal más larga escrita hasta entonces, pero Berg se sirvió ocasionalmente de la tonalidad para expresar situaciones concretas, como en el caso del Do mayor asociado al dinero: ni una sola nota de esta tragedia expresionista se ha dejado al azar, y hasta el menor elemento de la partitura se conecta con los estratos más profundos del significado.

G. Puccini: "La bohème", Che gelida manina

Jonas Kaufmann, tenor

La Bohème es una de las obras maestras de Giacomo Puccini. Ambientada en París, el día de Nochebuena de 1830, esta ópera describe la historia de amor de Mimí, una bordadora, y el poeta bohemio Rodolfo.
“Che gelida manina”, la muy popular aria del tenor interpretada en esta ocasión por Jonas Kaufmann, se desarrolla en el acto primero. Cuando los amigos de Rodolfo han decidido salir a disfrutar del ambiente de fiesta que hay en el barrio, él no les acompaña y se queda a trabajar. Alguien llama a la puerta. Es Mimí, que se ha quedado sin luz en su candela. Sale, pero regresa en seguida porque, según dice, ha perdido su llave. Las luces se apagan y tratan de buscar la llave en la oscuridad. Rodolfo la encuentra y la guarda para que la búsqueda no se detenga. Cuando sus manos tropiezan, ambos aprovechan la ocasión para contarse la historia de sus vidas. Es el momento en que Rodolfo canta su aria:

Che gelida manina, se la lasci riscaldar…
Cercar che giova? Al buio non si trova.
Ma per fortuna, è una notte di luna,
e qui la luna… l’abbiamo vicina.
Aspetti, signorina,
le dirò con due parole:
chi son? chi son!… e che faccio…
come vivo?… Vuole?
Chi son? Sono un poeta.
Che cosa faccio? Scrivo.
E come vivo? Vivo.
In porvetà mia lieta,
scialo da gran signore…
rime ed inni d’amore.
Per sogni e per chimere…
e per castelli in aria!
L’anima ho milionaria.
Talor dal mio forziere…
ruban tutti i gioelli
due ladri: gli ochhi belli.
V’entrar com voi pur ora,
ed i miei sogni usati
e i bei sogni miei tosto si dileguar!
Ma il furto non m’accora,
poichè v’ha preso stanza… la speranza!
Or che mi conoscete, parlate voi deh! parlate…
Chi siete?
Vi piaccia dir?
¡Qué mano tan fría!
Déjeme que se la caliente.
¿Para qué buscar?
En la oscuridad no se encuentra nada.
Pero, por suerte ,es una noche de luna
y aquí la luna la tenemos cerca.
(Mimi intenta retirar la mano)
Espere, señorita,
le diré en dos palabras quién soy, quién soy y qué hago, cómo vivo. ¿Quiere?
(Rodolfo deja la mano de Mimì)
¿Quién soy? ¿Quién soy? Soy un poeta.
¿Qué hago? Escribo.
¿Y cómo vivo? Vivo.
En mi alegre pobreza
derrocho como un gran señor
rimas e himnos de amor.
Por sueños y por quimeras
y por castillos en el aire
el alma tengo millonaria.
A veces, de mi cofre
roban todas las joyas
dos ladrones: sus hermosos ojos .
Entraron ahora aquí con usted
y mis acostumbrados sueños,
¡y mis bellos sueños se disiparon!
Pero el robo no me aflige,
puesto que ha tomado su lugar
la esperanza.
Ahora que me conoce
hable usted, ande, hable,
¿le gustaría decir quién es?



G. Puccini: La Bohème, "Quando m'en vo' soletta"

Anna Netrebko, soprano
Orquesta Filarmónica de San Petersburgo
Yuri Temírkanov, director

Esta aria también se conoce como el vals de Musetta. “Quando m’en vo”, se encuentra en el acto II de La Bohème, en el Café Momus, donde se reúnen Rodolfo y Mimì con Marcello y los otros bohemios. Allí aparece Musetta, antigua novia de Marcello, con su amante actual: el vejestorio Alcindoro. Como Musetta ha visto a Marcello quiere llamar su atención, cosa que no consigue, hasta que se pone a cantar su aria.
En esta escena, Puccini utiliza un recurso típico del verismo: poner música a la vida. Si se ve el acto completo se podrá observar que la música fluye del mismo modo que lo hace el tiempo, no se detiene en ningún momento. Cuando Musetta canta, el resto de los personajes no permanecen en silencio, sino que, como sucedería en la vida real, continúan con sus conversaciones. De este modo, el aria queda entremezclada con la charla de los presentes.

En el tercer acto se puede ver una escena parecida. Mientras Rodolfo y Mimì cantan un dúo de amor, Musetta y Marcello tienen una pelea, y todo sobre la misma música.

G. Verdi: La fatal piedra, duetto del acto IV de "Aida"

Anja Harteros, soprano
Jonas Kaufmann, tenor
Orquesta de la Academia de Santa Cecilia de Roma
Antonio Pappano, director

Acto IV, escena segunda: La porción inferior del escenario muestra el subterráneo en el templo de Ptah; la superior, el primer piso del templo.
Tras su condena a muerte por traición a la patria, Radamés ha sido conducido al subterráneo del templo y es enterrado vivo en un oscuro subterráneo. Cree que está solo y confía en que su amada Aida se encuentre en un lugar más seguro. Pero oye un suspiro y se la encuentra en la tumba: Aida se ha escondido en la bóveda para morir con Radamés (Radamés y Aida: “La fatal pietra sovra me si chiuse”, La piedra fatal se cierra ahora sobre mí"). Los amantes aceptan su terrible destino y unen sus voces en el célebre “O terra, addio” (Radamés: “Morir! Si pura e bella”, “¡Morir! ¡Tan pura y bella!”) en el que se despiden de la tierra y sus penas.

Encima del subterráneo, en el templo de Ptah, Amneris, impotente y profundamente dolorida, implora a Isis para que su adorado Radamés pueda descansar en paz, ignorando que Aida lo acompañará eternamente en su tumba. Aida muere en los brazos de Radamés. (Coro, Aida, Radamés, Amneris: “Immenso Ftha”, Todopoderoso Ptah).

RADAMÈS
La fatal pietra
sovra me si chiuse.
Ecco la tomba mia.
Del dì la luce più non vedrò.
Non rivedrò più Aida.
Aida, ove sei tu?
Possa tu almeno
viver felice
e la mia sorte orrenda 
sempre ignorar!
Qual gemito!
Una larva, una vision!
No! forma umana è questa!
Ciel! Aida!

AIDA
Son io.                   
RADAMÈS
Tu, in questa tomba!

AIDA
Presago il core della tua condanna,
in questa tomba
che per te s'apriva
io penetrai furtiva,
e qui,
lontana da ogni umano sguardo,
nelle tue braccia desiai morire.

RADAMÈS
Morir! sì pura e bella!
Morir per me d'amore;
degli anni tuoi del fiore
fuggir la vita!
T'avea il cielo per l'amor creata,
ed io t'uccido per averti amata!
No, non morrai!
Troppo t'amai!
Troppo sei bella!

AIDA
Vedi?
Di morte l'angelo
radiante a noi s'appressa,
ne adduce a eterni gaudii
sovra i suoi vanni d'or.
Già veggo il ciel dischiudersi,
ivi ogni affanno cessa,
ivi comincia l'estasi
d'un immortale amor.

SACERDOTI
SACERDOTESSE
Immenso, immenso Fthà, ah!
del mondo spirito animator,
noi t'invochiamo!

AIDA
Triste canto!
Il nostro inno di morte.
Invan!
Tutto è finito sulla terra
per noi.

RADAMÈS
Il tripudio dei sacerdoti.
Nè le mie forti braccia
smuovere ti potranno,
o fatal pietra!
È vero! È vero!

AIDA
O terra, addio;
addio, valle di pianti,
sogno di gaudio
che in dolor svanì.
A noi si schiude il ciel
e l'alme erranti
volano al raggio dell'eterno dì.


AIDA, RADAMÈS
O terra, addio, ecc.

SACERDOTESSE
SACERDOTI
Immenso Fhtà, noi t'invochiam.





AIDA, RADAMÈS
O terra, addio, ecc.

AMNERIS
Pace, t'imploro,
salma adorata,
Issi placata ti schiuda il ciel!

SACERDOTESSE
SACERDOTI
Noi t'invochiam,
immenso Fthà!  
RADAMÉS
La losa fatal
se ha cerrado sobre mí.
He aquí mi tumba.
Ya nunca más veré la luz del día.
Ya nunca volveré a ver a Aida.
Aida, ¿dónde estás?
¡Que al menos tú
puedas vivir feliz
ignorando siempre
mi horrible destino!
¡Qué gemido!
¿Será un espectro o una visión?
¡No, es una forma humana!
¡Cielos, Aida!

AIDA
Soy yo.                
RADAMÉS
¡Tú, en esta tumba!

AIDA
Mi corazón previó tu condena,
y penetré a hurtadillas
en esta tumba
que se abría para ti,
y aquí,
lejos de cualquier mirada humana,
¡deseé morir en tus brazos!

RADAMÉS
¡Morir!, ¡tan pura y bella!
Morir de amor por mí.
¡En la flor de tu juventud
huir de la vida!
El cielo te creó para el amor,
¡y yo te mato por haberte amado!
¡No, no morirás,
te amé demasiado!
¡Eres demasiado hermosa!

AIDA
¿Ves?
El ángel radiante de la muerte
se acerca a nosotros,
y sobre sus alas de oro
nos conduce a la felicidad eterna.
Ya veo abrirse el cielo,
allí acaban todas las ansiedades,
allí empieza el éxtasis
de un amor inmortal.

SACERDOTES
SACERDOTISAS
Inmenso, inmenso Fthà, ¡ah!
Espíritu animador del mundo,
te invocamos.

AIDA
¡Triste canto!
Nuestro himno de muerte.
Todo es en vano.
Todo ha terminado en la tierra
para nosotros.

RADAMÉS
(intentando mover la losa)
El triunfo de los sacerdotes.
¡Ni aún mis fuertes brazos
podrán moverte,
losa fatal!
Es cierto. Es cierto.

AIDA
¡Oh tierra, adiós!
Adiós valle de lágrimas,
sueño de alegría
condenado al fracaso.
El cielo se abre para nosotros,
y nuestras almas errantes
vuelan hacia la luz del día eterno.

AIDA, RADAMÉS
Oh tierra, adiós, etc.

SACERDOTES
SACERDOTISAS
Inmenso Fthà, te invocamos.

(Amneris aparece, vestida de luto,
y se arroja sobre la losa que sella
la cripta.)

AIDA, RADAMÉS
Oh tierra, adiós, etc.

AMNERIS
Imploro para ti la paz,
muerto adorado.
¡Que Isis aplacada te abra el cielo!

SACERDOTES
SACERDOTISAS
¡Nosotros te invocamos,
inmenso Fthà!