Filarmónica Checa
Manfred Honeck, director
La introducción contiene varios temas musicales que Mozart escribió para la escena del Acto II en la que la Estatua del Comendador se presenta a cenar con Don Giovanni. Los primeros acordes son casi los mismos que aparecen cuando la Estatua entra a escena. Después se escucha a los violines un tanto parecidos a cuando acompañan las primeras palabras de la Estatua. ¨Don Giovanni, me invitaste a cenar contigo y he venido¨. A continuación los violines tocan una tenebrosa melodía que en la parte final de la ópera corresponde a las palabras del sorprendido Don Giovanni. ¨Jamás lo hubiera creído, pero haré lo que pueda. ¡Leporello! ¡Otra cena! ¡Que la sirvan en seguida!¨. Luego, en un juego de matices piano y forte como cuando Leporello se muestra asustado. ¨¡Ah, señor! ¡Muertos somos!¨ Ahora se dan notas tanto ascendentes como descendentes por parte de la flauta y los violines, una parte que se asemeja a la parte musical de La Estatua. ¨Otros asuntos más graves que éste, otros anhelos me han traído aquí¨. A partir de ello se escucha un acorde estruendoso que hace referencia a todos los diferentes acordes orquestales que aparecen desde que la Estatua le devuelve la invitación a cenar, pasando por la parte que la misma le pide que se arrepienta y con un Don Giovanni negándose rotundamente.
El primer tema, en re mayor, lo
presentan las cuerdas y responden rápidamente los vientos y, sobre todo, la
flauta. Así comienza esa divertida parte que contrasta claramente con la
mortuoria introducción anterior. Las cuerdas y la flauta se unen para mostrar
una clara melodía humorística, melodía que luego crece dándole más vivacidad y
a la vez carácter a la obertura.
Un poco más adelante se da un
acorde que recuerda el estruendo de la introducción pero con diferente humor,
luego se pasa a una nueva melodía en la mayor que hacen las maderas y las
cuerdas que acompañan, no pasa mucho tiempo hasta que se vuelve a los estruendos
de la sección anterior.
En el segundo tema (la mayor) se
percibe el humor del Mozart maduro, sobre todo en los violines. La melodía con
la que se inicia este tema aparece por los vientos en do mayor y luego en la
menor. La alegre coda culmina en la mayor y toma cierta parte musical que había
aparecido ya en el primer tema. El desarrollo se inicia con una variación leve
del tema segundo hasta llegar a la repetición del primero, ahora en Sol mayor,
pero éste intenta modular a sol menor y finalmente desemboca en el segundo tema
en si bemol mayor.
El primer tema que
aparentemente es idéntico a la anterior vez, comienza a fijar la tonalidad de re
mayor a partir de los acordes, quedando claro en la nueva melodía que hacen las
maderas con acompañamiento de cuerdas. El tema segundo reaparece, esta vez en re
mayor, y su melodía vuelve a aparecer en fa mayor y en re menor. La alegre Coda
está en re mayor, parece que va a concluir pero una modulación nos lleva a sol
mayor y por medio de la melodía del segundo tema se llega a un tenue final en fa
mayor con el que enlazará casi sin pausas, la entrada de Leporello.
Como no hay un final emotivo ni
festivo para la obertura, en los programas de concierto se suele reemplazar el
suave final en fa mayor por otro más vistoso en la tonalidad de re mayor.
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