El clarinete
pertenece a la familia del viento-madera, al igual que la flauta, el oboe y el
fagot. Junto con el saxofón, es un aerófono de lengüeta simple, ya que en su
embocadura hay una caña de madera de bambú que será la encargada de provocar la
vibración del aire.
El clarinete
posee la más amplia extensión de registro de todos los instrumentos de madera,
por lo que puede producir desde sonidos muy graves a sonidos muy agudos. La
belleza de su timbre lo hace apto para interpretar pasajes como solista además
de ser un instrumento de enorme agilidad y sonoridad, en especial para la
ejecución de trinos y cromatismos.
Partes del clarinete
El clarinete se
compone de:
- Una boquilla (normalmente de ebonita o de cristal) con una lengüeta (o caña) simple sujeta a ella por una abrazadera.
- Un tubo cilíndrico compuesto por varias piezas de madera dura (ébano, granadillo) o resina sintética llamadas barrilete, cuerpo superior y cuerpo inferior. En las dos últimas existen orificios y llaves que se tapan o se presionan con los dedos. Algunos orificios se cierran con las llaves presionadas o sin presionar. Las llaves están bañadas en plata.
- Un pabellón o campana por donde el aire sale al exterior.
Cómo se toca el clarinete
La manera de sujetar
el instrumento es similar a la de la flauta de pico, pero es un instrumento más
grande y con más agujeros, por lo que está provisto de llaves que hacen que se
puedan tapar varios agujeros a la vez, incluso aquellos a los que no se alcanza.
La lengüeta simple está unida a la boquilla de ebonita o
cristal por medio de una abrazadera que, cuando el intérprete sopla, hace
vibrar la caña contra la boquilla, provocando que la columna de aire recorra el
tubo.
La parte inferior del clarinete (llamada "chalu" por afinidad
sonora con un antiguo instrumento antecesor del clarinete) hace que el
instrumento produzca un sonido oscuro, dramático y rico. El registro medio es
bastante claro, mientras que las notas altas son brillantes y penetrantes. El
clarinete posee mayor variación dinámica que otros instrumentos de madera.
Puede casi rivalizar con la flauta en agilidad, en tocar rápidos arpegios y
escalas.
El clarinete se construye en varios tamaños. En la
actualidad los más empleados son el Si bemol y el La. Como todos los clarinetes
tienen la misma digitación, diferentes tamaños producen diferentes notas. Así,
por ejemplo, el Do central en un clarinete en Do sonará como está escrito, pero
en un clarinete en Si bemol, el Do central escrito suena Si bemol. El tipo de
clarinete (Si bemol o La) es seleccionado por el compositor y, según se trate
de uno u otro, se utilizará menos sostenidos o bemoles.
Johann Sebastian Bach
Fantasía cromática
Richard Stolzman, clarinete
Historia del clarinete
El clarinete tiene
relación con un instrumento de viento usado por los egipcios, llamado arghul, que se extendió hacia oriente y
fue muy apreciado en el islam.De este ejemplar derivaron
otros que llegaron a Europa, como la churumbela. De este último surgiría el clarinete
como tal.
El clarinete moderno procede de la evolución de un
antiguo instrumento popular francés, que tenía siete orificios. En el siglo
XVII un clarinetista alemán llamado Johann Christopher Denner inventó una
técnica que permitía producir un nuevo sonido más agudo, la duodécima nota por
encima de la nota original, lo que marca el comienzo de la evolución del
instrumento hasta su estado actual, en el que existen fundamentalmente dos
tipos de clarinetes según el mecanismo: el sistema Böhm usado en casi toda
Europa, Asia y América y el Öhler utilizado en Alemania, Austria y algunos
países de ese entorno. En sus últimas obras, Mozart fue quien lo implantó de
manera definitiva en la orquesta, donde hoy en día posee un lugar de privilegio.
Audiciones y obras para clarinete
A. Copland: Concierto para clarinete.
Saint-Saëns: Sonata
para clarinete y piano op. 167.
W. A. Mozart: Concierto
para clarinete en La mayor KV 622.
C. M. von Weber:
Concertinos para clarinete op. 73 y 74).
C. Debussy: Rapsodia
para clarinete y piano.
igor stravinsky:
tres piezas para clarinete solo.
J. Brahms: Quinteto
para clarinete en Si menor op. 115.
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