Cavalieri: Rappresentazione di Anima e di Corpo, ópera sacra en tres actos
Marie-Claude Chappuis: Anima
Johannes Weisser: Corpo
Gulya Orendt: Tempo
Mark Milhofer: Intelletto
Marcos Fink: Mondo
Luciana Mancini: Vita Mondana
Nariné Yeghiyan: Angelo Custode
Anime dannate, Angeli, Anime beate:
Mark Milhofer, Kyungho Kim, Marcos Fink, Nariné Yeghiyan, Elisabeth Fleming, Benno Schachtner, Florian Hoffman, Alin Anca
Akademie für Alte Musik Berlin & Coro de la Staatsoper de Berlin
René Jacobs, director
Emilio
de’ Cavalieri (Roma, 1550-Roma, 1602), es un
compositor, productor, organista, diplomático, coreógrafo y bailarín del final
del Renacimiento y comienzos del Barroco.
De
familia noble y musical, hijo del arquitecto Tommaso del Cavalieri, hermano del
músico Marios, Cavalieri se dedicó entre 1578 y 1584 a la organización de las
manifestaciones musicales del Oratorio de San Marcello en Roma. En 1588 se
trasladó a Florencia donde el Cardenal Ferdinando de Médicis lo contrató como
superintendente del arte, vestuario, fiestas, teatro y música. En 1589
participó como compositor (un madrigal y un ballet) en los intermedios escritos
para la boda de Ferdinando con Cristina de Lorena. En 1590, todavía en
Florencia, colaboró con la poetisa Laura Guidiccioni escribiendo la música, hoy
perdida, de las pastorales Il Satiro,
La Disperazione di Fileno, Il Gioco della cieca (1595), en las que
hizo sus primeros ensayos de canto monódico. Además de su actividad musical,
trabajó como diplomático para los papas Inocencio IX y Clemente VIII.
De
1587 a 1602, viaja con frecuencia a Roma como encargado de negocios del duque
de Florencia, lo que aprovecha para asistir a la Chiesa Nuova. En 1600, presentó
en el Oratorio de la Vallicella su Rappresentazione
di Anima e di Corpo, cuya música había escrito en colaboración con Dionisio
Isorelli, especie de ópera sacra, muy
alejada aun de la forma del oratorio clásico que ilustrarán Schütz, Carissimi y
sus sucesores.
Esta obra tiene un
papel destacado dentro de la historia de la música, ya que se considera
la primera partitura impresa que se desarrolla de manera consciente en
una obra musical circunscrita al género dramático. Además, destaca
también por ser una de las primeras obras dramáticas dotada de música en
su integridad. Es de gran interés el empleo que hace Cavalieri del nuevo stile rappressentativo («estilo
representativo»); en un prefacio, el compositor ofrece indicaciones para la
instrumentación, la realización del bajo continuo (que fue uno de los primeros
en utilizar), los ornamentos vocales, así como los movimientos escénicos.
Cavalieri evita cualquier
uniformidad con coros homófonos, fuente de agradables contrastes y con
las intervenciones de los personajes alegóricos: el Alma, el Cuerpo, el
Tiempo, el Intelecto,… Es música del Verbo que, por esencia, habla
del poder y el peso de las palabras.
Emilio de' Cavalieri
debe ser considerado el verdadero instaurador del estilo monódico teatral,
aunque esto no fuera reconocido por Peri y Caccini, sus oponentes florentinos.
Su música era muy avanzada para el estilo de la época. En lo vocal se destaca por una línea melódica muy adornada y expresiva, característica que define al
barroco temprano. Su estilo musical fue adoptado por otros compositores de la
escuela romana del siglo XVII, como Domenico Mazzocchi, Giacomo Carissimi y
Alessandro Scarlatti.
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