La flauta es, sin duda, uno de los
instrumentos más antiguos que han existido. Aunque actualmente las flautas suelen
ser de metal, estos instrumentos se encuadran dentro del grupo de viento-madera
ya que antes todas se construían con este material. Además el timbre de la
flauta va en consonancia con los instrumentos de madera.
Existe una gran variedad de flautas.
El sonido se produce en ellas en el bisel de la embocadura (flauta travesera),
o en la boca del instrumento (flauta dulce).
Partes
de la flauta
La flauta travesera consta de un
tubo, generalmente de madera o metal pero que también puede ser de hueso,
marfil, cristal, porcelana, plásticos o resinas, etc., con una serie de
orificios y una boquilla, en el borde de la cual (bisel) se produce el sonido.
Cómo
se toca la flauta
La flauta travesera se sostiene casi
paralela al suelo, a la derecha del ejecutante. El flautista sopla a través del
borde afilado de un bisel en el lado izquierdo del instrumento. Los diferentes
sonidos se obtienen abriendo y cerrando los agujeros por medio de llaves y
palancas, lo cual alarga y acorta la columna de aire vibrante en el interior
del tubo, definiendo así la altura del sonido. Cuanto más larga sea la columna
de aire, más grave es el sonido y viceversa.
La flauta es un instrumento
extremadamente ágil, lo que permite al flautista ejecutar pasajes a muy alta
velocidad.
En las flautas más antiguas los
orificios se tapaban directamente con la yema de los dedos. En las actuales se
emplean llaves. En su sentido más elemental, para producir una escala
ascendente se descubren secuencialmente los agujeros del instrumento, desde el
más alejado de la boquilla (o elemento productor del sonido) hasta el más
cercano; para obtener sonidos de octavas superiores pueden utilizarse
armónicos, en algunos casos con la ayuda de digitaciones cruzadas (en éstas la
organización de los dedos de tapar/destapar agujeros puede parecer estar
dispuesta de manera arbitraria).
Claude Debussy
Syrinx
Emmanuel Pahud
Historia
de la flauta
En el siglo IV a. C. ya se conocían las
dos grandes familias de flautas que han llegado hasta nuestros días: la flauta
de pico y la travesera. En la cultura griega la flauta no tuvo un papel muy
destacado, aunque existía una flauta doble un tanto singular. La flauta
travesera llegó a Europa desde Asia, en la Edad Media. Pero es hacia 1670
cuando se moderniza y se convierte en un instrumento equilibrado. En aquella
época se hacía con madera de boj.
La flauta ha cambiado mucho a lo
largo del tiempo, y no solo a causa del material de que esté hecha. En época
barroca la flauta tenía siete agujeros. Como el último no podía ser alcanzado
con el dedo meñique de la mano derecha, poseía una única llave para poderlo
tapar. Esta flauta tenía un sonido mucho más dulce que las flautas modernas y
un colorido más variado, porque cada nota sonaba muy diferente a las otras.
Aunque la flauta barroca es un instrumento muy dificil de tocar -algunos en vez
de llamarla “il flauto traverso” lo denominan “il flauto perverso”- resulta tan
adecuado para la música barroca que en la actualidad muchos flautistas la tocan.
El holandés Frans Brüggen y el belga Barthold Kuijken fueron los primeros que
“reinventaron” la técnica de la flauta barroca.
Durante la segunda mitad del s.
XVIII la flauta fue complicando su mecanismo con el fin de mejorar su afinación
y facilitar la ejecución. A la única llave existente se fueron añadiendo otras,
de manera que hay flautas de cuatro, de cinco, de seis y de ocho llaves. Todas
estas flautas están volviendo a ser tocadas en la actualidad con el fin de
poder interpretar cada música con el instrumento para el que fue pensada.
Johann Sebastian Bach
Badinerie de la
Suite orquestal nº 2 BWV 1067
Ton Koopman,
Amsterdam Baroque Orchestra
Pero fue el alemán Theobald Böhm
quien a mediados del siglo pasado diseñó la flauta actual, que se ha impuesto
en todas partes. Böhm no sólo generalizó la construcción en metal, sino que
añadió un complejo mecanismo de llaves que permite tocar cómodamente en
cualquier tono y sustituyó el tubo cónico (que se iba estrechando hacia abajo)
que la flauta había tenido siempre por un tubo cilíndrico. El sonido más
potente y brillante de la flauta Böhm, unido a sus nuevas posibilidades de
virtuosismo, ha determinado en gran medida la nueva Edad de Oro que la flauta
vive en la actualidad.
Audiciones
y obras para flauta
W. A. Mozart: Concierto para flauta
y arpa en Do mayor KV 299.
A. Vivaldi: Concierto para flauta
dulce, cuerdas y clave en Do mayor.
C. Debussy: Sonata para flauta,
viola y arpa.
G. P. Teleman: Suite en la menor.
J. S. Bach: Suite orquestal nº2 en Si
menor BWV 1067.
W. A. Mozart: Conciertos para flauta
en Sol mayor, KV 313/285c, y Re mayor,
KV 314/285d.
P. Hindemith: Sonata para flauta y
piano.
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