sábado, 24 de noviembre de 2012

F. Schubert - Quinteto de la Trucha



Franz Schubert (1797-1828)

Quinteto para piano y cuerdas en La mayor D 667 "de la Trucha"

Julian Rachlin, Mischa Maisky, Mihaela Ursuleasa, Nobuko Imai y Stacey Watton



Allegro vivace
Andante
Scherzo. Presto
Thema. Andantino
Allegro giusto
  


Franz Schubert fue un compositor vienés (1.797 - 1.828), continuador del Romanticismo iniciado por Beethoven, que destacó en la composición de lieder (poemas musicalizados para voz y piano), y que abordó también la música de cámara (como la que nos ocupa) y sinfónica. Como tantos otros, no fue reconocido en vida, por tres razones fundamentales: trabajó a la sombra de Beethoven, a quien sólo sobrevivió un año; aunque escribió más de 600 Lieder (Gretel y la rueca, La bella molinera, Viaje de Invierno), le costaba finalizar sus obras más ambiciosas, como la Sinfonía nº 8 en Si menor, “Inacabada”; y por último, murió a la edad de treinta y un años.A pesar de su gran talento, nunca consiguió vivir de su música; eran sus amigos quienes le costeaban sus gastos. Con ellos celebraba las famosas schubertiadas, reuniones de intelectuales y artistas, en las que presentaba sus creaciones.
El Quinteto “La trucha” habita un mundo emocional proclamado ya por su tonalidad (un radiante La mayor), por ese rotundo acorde de los cinco instrumentos que da comienzo a la obra y, por supuesto, por el lied elegido esta vez para, igual que había sucedido en el Cuarteto D. 810, urdir una serie de variaciones. No son éstos los únicos casos en que Schubert se vale de la musica propia para, casi siempre, tomarla como punto de partida para elaborar una serie de variaciones.
Recurriría a idéntico procedimiento en las Variaciones para flauta y piano sobre “Trockne Blumen”, D. 802 (una de las canciones de Die schöne Müllerin) y, de manera mucho menos expresa, en una de sus obras de última época incomprensiblemente menos frecuentadas, la Fantasía para violín y piano D. 934, que acoge en su seno una serie de variaciones sobre Sei mir gegrüsst, otra de las grandes canciones schubertianas. 
En uno de sus frecuentes viajes a Steyr con el cantante Johann Michael Vogl, Schubert conoció a Sylvester Paumgartner, organizador de veladas musicales en su casa y que fue quien lo animó a escribir una obra con la misma instrumentación del entonces recién aparecido Quinteto Op. 87 de Hummel, con un cuarteto de cuerda sin segundo violín pero con contrabajo, mas el añadido del piano. El manuscrito de la obra se ha perdido, pero diversos aspectos técnicos de la escritura apuntan a 1819 (el año en que Schubert visitó por primera vez Steyr en verano) como la fecha de composición, que es deudora de Die Forelle no solo en el Andantino, el escrito en forma de variaciones, sino también en el resto de los movimientos, exceptuado el Scherzo, en los que encontramos figuras relacionadas con los característicos seisillos del acompañamiento pianístico de la canción, manteniendo casi siempre intacta su innata querencia ascendente. El Re bemol mayor original del lied se transmuta aquí en un predominio tanto de La mayor (la tonalidad principal) como de su subdominante, Re mayor, que encontramos en numerosos momentos de la obra, como la reexposiciones del Allegro vivace inicial, el Trío del Scherzo (aunque modula a Si bemol en su segunda mitad), la serie de variaciones del cuarto movimiento y la exposición del segundo tema del Allegro giusto final.
Para el Andante, Schubert reserva otra tonalidad mayor, Fa, que completa un panorama tonal muy acorde con el ambiente de permanente relajación y desenfado que domina la composición. Schubert recurre incluso a procedimientos formales mucho más sencillos de lo que en él es habitual, como la forma bipartita del último movimiento cuya segunda parte es una transposición casi literal de la primera.

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