Franz Schubert (1797-1828)
Quinteto para piano y cuerdas en La mayor D 667 "de la Trucha"
Julian Rachlin, Mischa Maisky, Mihaela Ursuleasa, Nobuko Imai y Stacey Watton
Allegro vivace
Andante
Scherzo. Presto
Thema. Andantino
Allegro giusto
Franz
Schubert fue un compositor vienés (1.797 - 1.828), continuador del Romanticismo
iniciado por Beethoven, que destacó en la composición de lieder (poemas
musicalizados para voz y piano), y que abordó también la música de cámara (como
la que nos ocupa) y sinfónica. Como tantos
otros, no fue reconocido en vida, por tres razones fundamentales: trabajó a la
sombra de Beethoven, a quien sólo sobrevivió un año; aunque escribió más de 600 Lieder (Gretel y la rueca, La bella molinera, Viaje de Invierno), le
costaba finalizar sus obras más ambiciosas, como la Sinfonía nº 8 en Si menor,
“Inacabada”; y por último, murió a la edad de treinta y un años.A pesar de
su gran talento, nunca consiguió vivir de su música; eran sus amigos quienes le
costeaban sus gastos. Con ellos celebraba las famosas schubertiadas, reuniones
de intelectuales y artistas, en las que presentaba sus creaciones.
El Quinteto “La trucha” habita un mundo emocional proclamado ya por su tonalidad (un radiante La mayor), por ese
rotundo acorde de los cinco instrumentos que da comienzo a la obra y, por
supuesto, por el lied elegido esta vez para, igual que había sucedido en el Cuarteto D. 810, urdir una serie de variaciones. No son éstos los únicos casos en que Schubert se vale de
la musica propia para, casi siempre, tomarla como punto de partida para
elaborar una serie de variaciones.
Recurriría a idéntico
procedimiento en las Variaciones
para flauta y piano sobre “Trockne Blumen”, D. 802 (una de las canciones de Die schöne Müllerin) y, de manera mucho menos expresa,
en una de sus obras de última época incomprensiblemente menos frecuentadas, la Fantasía para violín y piano D. 934, que acoge en su seno una serie de
variaciones sobre Sei mir gegrüsst, otra de las grandes canciones
schubertianas.
En uno de sus
frecuentes viajes a Steyr con el cantante Johann Michael Vogl, Schubert conoció
a Sylvester Paumgartner, organizador de veladas musicales en su casa y que fue
quien lo animó a escribir una obra con la misma instrumentación del entonces recién
aparecido Quinteto Op. 87 de Hummel, con un cuarteto de cuerda
sin segundo violín pero con contrabajo, mas el añadido del piano. El manuscrito
de la obra se ha perdido, pero diversos aspectos técnicos de la escritura
apuntan a 1819 (el año en que Schubert visitó por primera vez Steyr en verano)
como la fecha de composición, que es deudora de Die Forelle no solo en el Andantino, el escrito
en forma de variaciones, sino también en el resto de los movimientos,
exceptuado el Scherzo, en los que encontramos figuras relacionadas con los característicos
seisillos del acompañamiento pianístico de la canción, manteniendo casi siempre
intacta su innata querencia ascendente. El Re bemol mayor original del lied se
transmuta aquí en un predominio tanto de La mayor (la tonalidad principal) como
de su subdominante, Re mayor, que encontramos en numerosos momentos de la obra,
como la reexposiciones del Allegro vivace inicial, el Trío del Scherzo
(aunque modula a Si bemol en su segunda mitad), la serie de variaciones del
cuarto movimiento y la exposición del segundo tema del Allegro giusto final.
Para el Andante, Schubert reserva otra tonalidad mayor, Fa, que completa un panorama
tonal muy acorde con el ambiente de permanente relajación y desenfado que
domina la composición. Schubert recurre incluso a procedimientos formales mucho
más sencillos de lo que en él es habitual, como la forma bipartita del último
movimiento cuya segunda parte es una transposición casi literal de la primera.
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