La tuba es el mayor de los
instrumentos de viento-metal. Sus antecesores son el serpentón y el oficleido.
Es uno de los últimos instrumentos en incorporarse a la orquesta sinfónica
moderna. Su sonido se produce gracias a la vibración de los labios del
intérprete en la parte denominada boquilla a partir del flujo de aire
proveniente del aliento del músico.
Gracias a su versatilidad es utilizada
para reforzar cuerdas y vientos de madera o, cada vez más, como instrumento
para solos. En manos habilidosas, es un instrumento capaz de cubrir un amplio
campo de sonidos (más de cuatro octavas) y extraordinariamente ágil.
Las tubas también forman parte de
bandas y conjuntos de viento, en cuyo caso se utilizan dos instrumentos de cada
una de las dos afinaciones: Mi bemol y
Si bemol. La tuba más común es la tuba contrabajo, afinada en Do o en Si bemol.
La siguiente por orden de tamaño es la tuba baja o bombardón, afinada en Fa o en Mi bemol,
una cuarta o una quinta más
alta que la contrabajo.
El bombardino, también llamado tuba
tenor, es otra octava más agudo. Afinado en Si bemol o en Do. En este último caso se denomina también tuba francesa.
Partes
de la tuba
La tuba es un instrumento que no ha
experimentado pocas modificaciones, pero en el siglo XX se creó una variante
que es muy utilizada en las bandas de música, el sousáfono o helicón.
Se trata del instrumento más grave
de la familia del viento-metal. Consta de un tubo cónico de unos cinco metros y
medio que se va haciendo grande a medida que se acerca a la campana o pabellón.
Debido a su tamaño la campana apunta hacia arriba. La boquilla de la tuba va
colocada al principio del tubo y es semiesférica, como la de la trompeta o el
trombón.
Al igual que otros instrumentos de
viento metal, incorpora un sistema de válvulas que alarga o acorta el tubo.
Cómo
se toca la tuba
Es un instrumente de sonido potente
pero poco ágil en el registro grave donde el músico ha de respirar
frecuentemente porque se necesitan grandes cantidades de aire. Al ser tan
grande y contener tanto aire, se necesita una capacidad pulmonar muy grande
para tocarla. Para ello, el músico relaja los labios que van oprimiéndose poco
a poco según se trate de notas graves o agudas. Si se toca desde la posición de
sentado, la tuba se apoya sobre las piernas del instrumentista. Si se toca de
pie (pasacalles o desfiles), el instrumento se sujeta a la espalda mediante
unas correas con enganches.
La tuba puede llegar a tener hasta
seis pistones o válvulas (cuatro de digitación normal más dos de transpositores
de medio tono y tono de afinación), aunque las más comunes son las que tienen
cuatro. También se fabrican modelos de tres válvulas, que suelen ser para
principiantes. Algunos modelos especiales tienen sólo dos válvulas. Nótese que
a pesar de tener tan reducido número de pistones, la tuba abarca un espectro muy
amplio de sonidos porque con cada posición de los pistones se pueden tocar
notas diferentes según la forma y fuerza de hacer vibrar los labios del
instrumentista en cada cambio de pasaje o tesitura, respectivamente.
Historia
de la tuba
El punto de partida para explicar la
genealogía y desarrollo de la tuba moderna es el contrabajo de corneta. Su
invención se atribuye a Louis Alexandre Frichot (1806). La primera vez que se
utilizó la tuba moderna en una orquesta sinfónica fue en el estreno de El anillo del nibelungo, de Richard
Wagner.
El nuevo instrumento alcanzó cierta
importancia, pero su existencia fue casi efímera, no porque sus cualidades
fueran pocas sino a causa de la dificultad que encontraron para combinar su
sonido con el de otros instrumentos de la orquesta.
Ello no fue determinante, ya que
autores de la talla de Brahms le incluyeron en algunas de sus composiciones. Hoy
en día, la tuba es un instrumento indiscutible en las orquestas modernas y
sobre todo en las bandas de música, donde va a desempeñar el papel de bajo, por
lo que también se le denomina así en ciertas ocasiones.
Audiciones
y obras para la tuba
M. Musorgski (Orq. M. Ravel)
Cuadros de una exposición
VII. Bydlo
Solo de Tuba: Alessandro Fossi
Orchestra Filarmonica della Scala
Valery Gergiev, director
VII. Bydlo
Solo de Tuba: Alessandro Fossi
Orchestra Filarmonica della Scala
Valery Gergiev, director
P. Hindemith: Sonata para tuba y
piano.
E. Mosch: Tuba muckl.
K. Penderecki: Capriccio para tuba
sola.
J. Brahms: Obertura trágica.
R. Wagner: Götterdämmerung: Marcha fúnebre de Sigfrido.
R. Vaughan Williams: Concertino para
tuba.
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