Orquesta Nacional de Francia
Enrique Mazzola, director
Il Signor Bruschino es una
opera buffa de erróneas identidades e intrigas. La trama contempla a un
muchacho y a su amada, quienes proyectan casarse a pesar de la eterna disputa
de sus familias. Ella ha sido prometida por contrato a otro al que ni siquiera
conoce. El enamorado se aprovecha de la situación y se hace pasar por el
prometido, pero el engaño es descubierto cuando llega el novio oficial. Tras
unos instantes caóticos y ante el asombro de todos, los verdaderos amantes
consiguen su propósito.
En cuanto a la famosa obertura,
Rossini exigió a los segundos violines de la orquesta que percutiesen
rítmicamente las pantallas de las lamparillas con el arco de su instrumento. En
total son 32 pequeños golpes que los músicos tienen que dar para introducir en
su actuación un sonido muy alejado de lo habitual. La anécdota fue recogida por
Stendahl, el primer gran rossiniano de la historia, pero con su característica
inexactitud atribuyó este detalle a la obertura de La scala di seta, en la que esto no ocurre.
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