Orquesta Filarmónica de Viena
Claudio Abbado, director
La Gazza Ladra (La Urraca Ladrona) es una ópera semiseria en dos actos de
Gioachino Rossini (1792-1868), uno de los máximos exponentes del bel canto, un estilo operístico que
realzaba la belleza de la línea melódica vocal por encima de los aspectos
dramáticos o emocionales. Estrenada el 31 de mayo de 1817 en el teatro de La
Scala en Milán, la obra es conocida por su obertura, en cuya instrumentación
destaca el empleo de dos cajas o redoblantes.
Autor
de obras como El Barbero de Sevilla, La Italiana en Argel o Guillermo Tell, Rossini dejó de componer
tras el estreno de esta última en el año 1829, joven, muy joven, cuando aún le
quedaban cuarenta años de vida, en los que se dedicó a otros menesteres.
Aunque
no sea comparable a El Barbero de Sevilla,
La Gazza Ladra es una de las óperas de
Rossini más injustamente olvidadas en la actualidad. En su momento constituyó
un modelo por el que transitaría la escuela italiana posterior, Bellini,
Donizetti y hasta el mismo Verdi.
La
música de La Gazza Ladra aparece en
la banda sonora del film de Stanley Kubrick La
Naranja Mecánica. También en La
Regenta, la obra maestra de Leopoldo Alas, “Clarín”, doña Paula Raíces de Paz apoda, con acierto, a
Visitación Olías de Cuervo como la urraca ladrona, alguien que en el argot
común “se lanza a todo lo que brilla”. Por eso la nombran tanto, Clarín, Pérez
Galdós y tantos otros autores literarios. Porque es otro clásico universal.
Precisamente ese es el argumento de la ópera.
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