Orquesta de París
Paavo Järvi, director
Saint-Saëns
es autor de una vastísima producción musical, gran parte de la cual no forma
parte del repertorio corriente de orquestas e instrumentistas. Entre las obras
que conservan el afecto del público, la Sinfonía n° 3 en do menor, Op. 78,
conocida también como la Sinfonía "con órgano", es característica de
la claridad de escritura del compositor y de su agudo sentido de la proporción
y la forma. Fue escrita por encargo de la Sociedad Filarmónica de Londres. El
propio Saint-Saëns la dirigió en primera audición en mayo de 1886 en un
programa londinense, el resto del cual fue dirigido por Sir Arthur Sullivan. En
la misma velada, Saint-Saëns fue el solista del Concierto para piano n° 4 en
Sol Mayor, Op. 58, de Ludwig Van Beethoven.
La
partitura fue dedicada a Franz Liszt, con quien Saint-Saëns mantenía una cálida
amistad y gracias a cuya generosa ayuda se había estrenado en Weimar, en 1877,
su ópera Sansón y Dalila. Algunos
comentaristas han hallado en las solemnes y devotas páginas de la obra un
implícito homenaje póstumo a Liszt. Si bien la dedicatoria puede ser tenida
como último tributo del músico francés a su mentor, no existe conexión alguna
entre la música y la muerte de Liszt. El genio húngaro murió dos meses después
del estreno de la sinfonía, habiéndola escuchado en forma fragmentaria, pues el
compositor tuvo la gentileza de ejecutársela al piano.
Philip
Hale, uno de los más distinguidos críticos norteamericanos, escribió tras una
ejecución de la sinfonía: "La Sinfonía en do menor de Saint-Saëns posee
las mejores y más características cualidades de la música francesa: lógica
construcción, lucidez, franqueza, eufonía. La artesanía es magistral. No
existen vacilaciones. El compositor sabía exactamente lo que quería y como
expresarlo...".
La
Sinfonía "con órgano" fue
la primera contribución a la forma, en la literatura sinfónica francesa, tras
las sinfonías de Berlioz, a la que pronto se unieron la Sinfonía en re menor de César Franck y las Sinfonías de D'lndy y Chausson.
"La
actitud de Saint-Saëns ante la tarea de escribir una sinfonía en la cual el
órgano fuera utilizado como un miembro de la orquesta y no como un instrumento
solista de actuación dominante —escribe George Jellinek—, no fue la de un
reformista sino la de un maestro en el arte de orquestar que, por añadidura
resultó ser un maestro organista".
movimiento final es donde se hace notar el empleo particularmente feliz del piano.
Haciendo justicia a César Franck, corresponde destacar que éste ya había utilizado el piano en Les Djinns, composición fechada un año antes que la Sinfonía n° 3 de Saint-Saëns, cuya estructura orquestal es similar a esta última. Por otra parte, fue Saint-Saëns quien se anticipó al maestro belga en la composición de una sinfonía en forma cíclica, es decir: estableciendo la unidad de la obra por medio del desarrollo del material temático, partiendo de uno o dos motivos generatrices.