Wolfgang A. Mozart: Molto allegro de la Sinfonía nº 41 en do mayor, KV 551 "Júpiter"
English Chamber Orchestra
Jeffrey Tate, director
Para
Jacinto Torres, en la música de Mozart se resumen prodigiosamente la tradición contrapuntística
alemana, la fluidez melódica de la música italiana y la madurez técnica
alcanzada por Haydn y los sinfonistas de la escuela de Mannheim. Una clara
ilustración de lo anterior se encuentra en la Sinfoníanº 41 en Do
mayor «Júpiter», última de las sinfonías del genio de Salzburgo,
cuyo movimiento final, Molto allegro, al decir de Jordi
Cervelló, «representa no solamente la cumbre de esta sinfonía sino de toda la
obra sinfónica de Mozart». Allí, el compositor acopla con enorme acierto y
sabiduría la escritura polifónica de los antiguos maestros a la sobria
arquitectura de la forma sonata. El ciclo sinfónico de Mozart, comenta
Cervelló, concluye con una trilogía de obras maestras formada por tres
sinfonías, escritas todas en 1788. En estas obras algunos perciben «un aliento
emocional que parece querer despegarse ya del clasicismo». La última de las
sinfonías, representa un triunfo luego de la intensa lucha que plantea la
sinfonía que la precede. Así fue entendido por muchos, entre ellos J. P.
Salomon, empresario alemán radicado en Londres, quien al parecer dio a esta
última sinfonía la denominación de «Júpiter» (suprema divinidad de la mitología
romana), sintetizando el carácter triunfal, solemne y generoso de la obra.
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