Renata Tebaldi, soprano
En una de las arias más conmovedoras de la literatura
operística, Butterfly ("Cio-Cio-San") le expresa a su criada Suzuki
la esperanza de que su marido, Benjamin Franklin Pinkerton, teniente de la
marina norteamericana regrese junto a ella.
Un bel
dì, vedremo
Levarsi
un fil di fumo
Sull'estremo
confin del mare
E poi la
nave appare.
Poi la
nave bianca
Entra
nel porto, romba il suo saluto.
Vedi? È
venuto!
Io non
gli scendo incontro, io no.
Mi metto
là sul ciglio del colle
E
aspetto gran tempo
E non mi
pesa a lunga attesa.
E uscito
dalla folla cittadina
Un uomo,
un picciol punto
S'avvia
per la collina.
Chi
sarà? Chi sarà?
E come
sarà giunto
Che
dirà? Che dirà?
Chiamerà
Butterfly dalla lontana
Io senza
dar risposta
Me ne
starò nascosta
Un po'
per celia,
Un po'
per non moriré
Al primo
incontro,
Ed egli
al quanto in pena
Chiamerà,
chiamerà :
«Piccina
- mogliettina
Olezzo
di verbena»
I nomi
che mi dava al suo venire.
Tutto
questo avverrà,te lo prometto
Tienti
la tua paura
-Io con
sicura fede l'aspetto.
|
Un bello
día veremos
Levantarse
un hilo de humo
en el
extremo confín del mar.
Y
después aparece la nave.
La nave
es blanca.
Entra en
el puerto, truena su saludo.
¿Ves?
¡Ya ha llegado!
Yo no
voy a su encuentro, yo no.
Me iré a
la cima de la colina, y esperaré
y
espero, mucho tiempo.
Pero la
larga espera no me pesa.
Y,
salido de entre la multitud de la ciudad,
un
hombre, un pequeño punto,
sube por
la colina.
¿Quién
será?, ¿quién será?
Y cuando
esté aquí,
¿qué
dirá?, ¿qué dirá?
Llamará:
- Butterfly- desde la distancia;
yo sin
responder.
Estaré
escondida.
Un poco
por broma,
y un
poco, por no morir
nada más
por vernos.
Y él, el
apenado,
llamará,
llamará;
“Mujercita,
fragancia de verbena”,
los nombres
que solía llamarme,
al
llegar a mi.
Todo
esto sucederá,
te lo
prometo.
Ahuyenta
tus temores,
¡Yo con
segura fe,... Lo espero!"
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