Federico Chueca (1846/1908)
"Agua, azucarillos y aguardiente" (1897)
Pasillo veraniego en un acto
Libreto de Miguel Ramos Carrión
Coro de Cantores de Madrid
Dir. José Perera
Orquesta de Conciertos de Madrid
Dir. Pablo Sorozábal
(1963)
Las pretensiones de los autores eran modestas, de ahí la denominación de “pasillo veraniego” pero obtuvo un éxito de los más memorables de la historia del género, hasta el punto de que Chueca salió a hombros por la puerta grande como los toreros y así fue llevado a su casa. Desde entonces ha formado parte de la trilogía del madrileñismo junto a "La verbena de La Paloma" y "La Revoltosa". De esta forma, siguiendo a José Deleito y Piñuela; “una obra pensada para unas semanas duró varios años en el cartel”, y en el estreno “los temas de niñas, niñeras, nodrizas y Garibaldi produjeron verdadera explosión de gozo en el auditorio, que aumentó con el coro de los barquilleros y el dúo de Asia y Serafín. Pero todo eso fue poco para el escándalo apoteósico que promovió el célebre dúo de tiples contrapuntado por sus dos chulos. Cinco veces tuvieron que cantar la Pepa y la Manuela sus cuitas y castizas disidencias subrayadas con las trazas sentenciosas de los castizos Lorenzo y Vicente; y cuando tras esta garbosísima página madrileña se aboca en el pasodoble de los mantones de Manila…..el público se enardeció de tal manera que se puso unánimemente en pie para ovacionar a Chueca”. La obra alcanzó las doscientas representaciones seguidas, duró años en el cartel de teatros españoles e hispanoamericanos y ha permanecido en el repertorio lírico español como una de las obras emblemáticas del género chico. "Agua, azucarillos y aguardiente" (1897)
Pasillo veraniego en un acto
Libreto de Miguel Ramos Carrión
Coro de Cantores de Madrid
Dir. José Perera
Orquesta de Conciertos de Madrid
Dir. Pablo Sorozábal
(1963)
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