Verdi - Rigoletto (Pavarotti, Gruberova, Wixell, Furlanetto -- Chailly, Ponnelle) 1983
Rigoletto - Ingvar Wixell, barítono
Sparafucile - Ferruccio FurlanettoGilda - Edita Gruberova, soprano
Rigoletto - Ingvar Wixell, barítono
Sparafucile - Ferruccio FurlanettoGilda - Edita Gruberova, soprano
Acto I, Cuadro 2: Una calle, con el patio de
la casa de Rigoletto
Rigoletto
regresa a casa preocupado por la maldición del conde Monterone, un padre afrentado por el duque de Mantua. Se le acerca un extraño,
Sparafucile, un asesino a sueldo que le ofrece sus servicios. Rigoletto reflexiona
sobre las similitudes entre ellos dos (Pari
siamo! - "¡Somos parecidos!"); Sparafucile mata con su espada, y él
usa "una lengua de malicia" para apuñalar a sus víctimas. Entra en la
casa y allí está Gilda, su hija (a quien los cortesanos habían tomado como su
amante). Gilda vive escondida y protegida por su padre. Se saludan con afecto
en el dúo Figlia!, Mio padre! ("¡Hija!" "¡Padre mío!"),
que pone de relieve la relación entre ambos: Rigoletto es un amoroso padre que teme
que su hija pueda caer en manos del duque de Mantua o sus cortesanos; Gilda es
una joven curiosa, aunque respeta mucho a su padre. Rigoletto ha estado
ocultando a su hija del duque y el resto de la corte, y ella no conoce el
oficio de su padre. Puesto que él la ha prohibido aparecer en público, Gilda no
está más que en casa o en la iglesia. Rigoletto insiste en que Gilda no salga
más que a misa, y acompañada de su doncella, Giovanna.
A
principios de 1851, el teatro de La Fenice de Venecia invitó a Verdi a componer
una nueva ópera para ser estrenada allí, en una época en que ya era un
compositor bien conocido con un grado de libertad a la hora de elegir las obras
que prefería musicar. Pidió entonces a Piave (con quien ya había trabajado en Ernani, I due Foscari, Macbeth, Il corsaro
y Stiffelio) que examinara la obra Kean, de Alejandro Dumas, padre, pero
sentía que necesitaba un tema más enérgico con el que trabajar.
Verdi
pronto dio con el drama francés Le Roi
s’amuse (El rey se divierte), del escritor Víctor Hugo. Más tarde explicó
que "Contiene posiciones extremadamente poderosas... El tema es grande,
inmenso, y tiene un personaje que es una de las más importantes creaciones del
teatro de todos los países y todas las épocas". Era un tema muy controvertido
y el propio Hugo había tenido problemas con la censura en Francia, que había
prohibido producciones de esta obra después de su primera representación casi
veinte años antes (y continuaría prohibida durante otros treinta años). Como la
Austria de la época directamente controlaba gran parte del norte de Italia (Reino
Lombardo-Veneto), se presentó ante el Consejo de Censores austriacos. La obra
de Hugo representaba a un rey (Francisco I de Francia) como un seductor cínico
e inmoral, algo que resultaba inaceptable en la Europa de la Restauración
posterior a las guerras napoleónicas.
Desde
el principio, Verdi era consciente del riesgo, lo mismo que Piave. En una
carta, Verdi escribió a Piave: "Usa cuatro piernas, corre por toda la
ciudad y encuéntrame una persona influyente que pueda obtener permiso para
hacer Le Roi s'amuse." Le siguió
correspondencia entre un prudente Piave y un ya comprometido Verdi, y los dos
estaban en riesgo y subestimaron el poder y la intención de los austriacos.
Incluso el amistoso Guglielmo Brenna, secretario de La Fenice, que les había
prometido que no tendrían problemas con los censores, estaba equivocado.
A
comienzos del verano de 1850, empezaron a difundirse rumores de que la censura
austriaca iba a prohibir la producción. Consideraban la obra de Hugo en el
límite de la lesa majestad, y nunca permitirían que una obra tan escandalosa se
representara en Venecia. En agosto, Verdi y Piave prudentemente se retiraron a
Busseto, ciudad natal de Verdi, para continuar la composición y preparar un
esquema defensivo. Escribieron al teatro, asegurando que las dudas del censor
sobre la moralidad de la obra eran injustificadas, pero puesto que quedaba poco
tiempo, poco podía hacerse. Los compositores llamaban en secreto a la obra La maldición).
Tres
meses antes del estreno llegó de nuevo la censura que vetó el libreto. El
comunicado decía así: «El gobernador militar de Venecia, señor Gorzkowski,
deplora que el poeta Piave y el célebre músico Verdi no hayan sabido escoger
otro campo para hacer brotar sus talentos, que el de la repugnante inmoralidad
y obscena trivialidad del argumento del libreto titulado La maledizione. Su Excelencia ha dispuesto pues vetar absolutamente
la representación y desea que yo advierta a esta Presidencia de abstenerse de
cualquier ulterior insistencia al respecto». El censor De Gorzkowski usó el
título no oficial de la obra, evidentemente conocida a través de espías, para
reforzar, si era necesaria, la violenta carta en la que denegaba
definitivamente su consentimiento a la producción.
Para no
desperdiciar el trabajo, Piave intentó revisar el libreto y fue incluso capaz
de sacar de él otra ópera Il Duca di
Vendome, en la que el soberano era sustituido por un duque y tanto él como
el jorobado y la maldición desaparecían. Verdi se manifestó completamente en
contra de esta solución y en lugar de ello prefirió negociar directamente con
los censores, argumentando cada punto de la obra.
El
asunto se resolvió gracias a la diplomacia de los administradores del teatro.
Brenna, el secretario de La Fenice, mostró a los austriacos algunas cartas y
artículos representando el mal personaje pero el gran valor del artista,
ayudando para mediar en la disputa. Se trasladaron a Busseto y allí se pusieron
de acuerdo con Verdi y el libretista para que se cambiasen al menos estos
puntos: Trasladar la acción de la Corte de Francia a un ducado de Francia o
Italia; y cambiar los nombres de los protagonistas inventados por Víctor Hugo.
En la versión italiana el duque gobierna Mantua y pertenece a la familia
Gonzaga: los Gonzaga se habían extinguido hacía tiempo a mediados del siglo
XIX, y el Ducado de Mantua ya no existía, de manera que no se podía ofender a
nadie. La escena en la que el soberano se retira a la habitación de Gilda se
eliminaría. La visita del duque a la taberna no sería dictada por bajos
propósitos, sino provocada por un truco. El jorobado (originalmente, Triboulet)
pasó a ser llamado Rigoletto (del francés rigolo
= divertido). El nombre de la obra también se cambió.
Verdi
aceptó estos condicionantes y el contrato se firmó. Las firmas fueron tres:
Verdi, Piave y Guglielmo Brenna, secretario de La Fenice. Así fue como nació la
ópera Rigoletto que hoy se conoce.
Fue estrenada el 11 de marzo de 1851.
En esta
obra Verdi se propuso conciliar la estructura tradicional del melodrama con la
complejidad del protagonista, Rigoletto, y eso no lo pudo cambiar la censura
con sus condiciones. El bufón Rigoletto es un personaje verdiano, que se mueve
entre el afecto por su hija y el odio por el Duque y los cortesanos. Es
exactamente lo que Verdi quería realizar.
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