Valentina Lisitsa, piano
Publicada en 1854, fue estrenada
en público por Franz von Büllow, alumno y yerno de Liszt, el 27 de enero de
1857. Está dedicada a Robert Schumann.
No obstante su título, no
presenta la típica forma sonata del periodo clásico-romántico, sino un
entramado de la forma muy personal, un gran trazo continuo de media hora que
prescinde del tradicional esquema "exposición, desarrollo,
recapitulación" para un primer movimiento. Sin embargo, están marcados los
siguientes movimientos, aun cuando se tocan de manera continua:
Lento assai - Allegro energico - Grandioso
Andante sostenuto
Allegro energico - Andante
sostenuto - Lento assai
En su desarrollo, cada instante
nace como consecuencia del anterior para derivar del modo más natural hacia el
siguiente. Así, un tema que puede presentarse como amenazante o violento, al
poco puede mutar en una hermosa y serena melodía, o viceversa. La pieza termina
recatadamente, con la sola nota si,
en lo más bajo del teclado.
La obra tuvo en general una buena
acogida, pero como de todo hay en la viña del Señor, la gran Clara Schumann,
pianista, compositora y esposa del dedicatario, no le encontró la gracia y así
lo señaló en su momento: "¡Qué de ruido sin razón! Ningún pensamiento
sano, todo está enredado; ni siquiera se encuentra un encadenamiento armónico
claro".
Pero casi un siglo más tarde,
Richard Strauss anotará lo siguiente en carta dirigida al pianista Wilhelm
Kempff: "Si Liszt hubiera escrito tan solo esta sonata, gigantesca obra
nacida de una sola célula, ello habría bastado para demostrar la fuerza de su
espíritu".
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