Stacey Watton, contrabajo
El Carnaval de los Animales es una de las obras más famosas de Camille
Saint-Saëns. Es una suite musical en catorce
movimientos que compuso como una broma musical, aunque él temía que la obra
resultara demasiado frívola y pudiera perjudicar su reputación de compositor
serio, por lo que prohibió las interpretaciones públicas de la misma y sólo
autorizó la publicación en vida de un movimiento, El cisne. Durante su vida sólo se dieron interpretaciones privadas
para un círculo de amigos íntimos, como Franz Liszt.
Sin embargo, Saint-Saëns dispuso
en su testamento que la suite podría
ser publicada tras su muerte, y desde entonces se ha convertido en una de sus
obras más populares.
En el fragmento titulado Elefantes la música es tan grave y
pesada, que fácilmente podemos imaginar los movimientos del colosal paquidermo.
En este fragmento Saint-Saëns cita una frase de La condenación de Fausto, de Héctor Berlioz.
El contrabajo
Es el mayor y más profundo
miembro de la familia del violín, fue desarrollado en el siglo XVI procedente del
violone, la viola contrabajo.
Dos características de la familia
de las violas se encuentran en el diseño del contrabajo: de un lado, los
hombros son más caídos y, de otro, la parte posterior del instrumento es más
plana. Esto permite al músico, que debe estar de pie o sentado en un taburete
alto, alcanzar todo el instrumento y, en particular, poder tocar las notas al
final de la tastiera, cerca del
puente. Hacia finales del siglo XVIII el contrabajo tenía tres cuerdas
generalmente afinadas en: La, Re y Sol. Hoy día tienen una cuarta cuerda, de
sonido más grave, afinada en Mi, aunquelgunos contrabajos montan cinco cuerdas.
Esta cuerda extra baja hasta Do, una tercera mayor bajo el Mi inferior.
El contrabajo es un instrumento
transpositor y en él todas las notas suenan una octava más baja de cómo están
escritas en la partitura. El anotar una octava más alta que el sonido real, es útil
a fin de evitarse demasiadas líneas adicionales debajo de los pentagramas.
Las cuerdas del contrabajo son
tan largas y tan gruesas que las clavijas corrientes, usadas en otros
instrumentos de cuerda, no son lo bastante robustas. Así pues se utilizan
clavijeros mecánicos
Historia
El contrabajo es el instrumento
más grave de la familia de la cuerda desde finales del siglo XVI. El término se
asoció antiguamente a la tesitura de la voz humana, indicando la voz más baja
del hombre.
En un sentido más divulgativo el
término alude a los contrabajos de cuerda de la familia de las violas y
violines, esto es, unos instrumentos de arco creados para reforzar la base de
la estructura armónica y ser el fundamento de toda la construcción polifónica.
Su función en la labor del bajo continuo fue esencial. Tempranamente, Martín
Agricola (1529) hizo referencia a un contrabasso
di viola de seis cuerdas, que devendrá un instrumento híbrido, puesto que
el contrabajo conocido hoy presenta aún los rasgos propios de los violines y
las violas.
En realidad hubo contrabajos de
diferentes tamaños denominados genéricamente violones. En el siglo XVII se
presenta un ejemplar con cinco cuerdas, hombros estrechos y voluminosa panza.
En aquella época predominan dos tipos de contrabajos: uno sin trastes, con
cinco cuerdas y voluta (familia de los violines) y otro de seis cuerdas
(familia de las violas), con diapasón trasteado, oídos generalmente en forma de
C, espalda plana y cabeza tallada. En 1722 se presenta un contrabajo de la
familia del lirone al que llaman accordo.
Su uso no se generalizó en la
orquesta hasta principios de siglo XVII, en la que su función consistía en
sonar a la octava inferior del violonchelo, pues su sonido es potente y se oía
mejor que otros instrumentos de la época, por ejemplo el clave.
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