Wozzeck - Toni Blankenheim (Barítono)
Tambor Mayor - Richard Cassilly (Tenor)
Andres - Peter Haage (Tenor)
Capitán - Gerhard Unger (Tenor)
Doctor - Hans Sotin (Bajo)
El loco - Kurt Marschner (Tenor)
Marie - Sena Jurinac (Soprano)
Margret - Elizabeth Steiner (Mezzosoprano)
Coro de la Ópera del Estado de Hamburgo
Orquesta Estatal Filarmónica de Hamburgo
Bruno Maderna (Director)
Joachim Hess (Director TV)
Rolf Liebermann (Director Artístico)
Wozzeck es una ópera en tres actos,
con música y libreto de Alban Berg. La acción teatral está basada en un drama
de Georg Büchner. Se estrenó en Berlín el 14 de diciembre de 1925
Lugar y época de la acción: Alemania, a
mediados del siglo XIX
Producción histórica de la Ópera del Estado de Hamburgo
(1970)
Primer
acto
Wozzeck es un soldado que trabaja
para sus jefes en calidad casi de esclavo. Éstos le aconsejan no pensar. Marie,
la mujer de Wozzeck, oye desde su mísera vivienda el desfile del batallón y
sale a verlo. El Tambor Mayor la saluda y ella, coquetea con él. Wozzeck le cuenta
al médico que padece visiones. Finalmente, Marie acaba en los brazos del Tambor
Mayor.
Segundo
Acto
Marie se adorna con los pendientes
que el Tambor Mayor le ha regalado. Cuando Wozzeck le pregunta dónde los ha
conseguido, ella le dice simplemente que los encontró. Wozzeck le deja a su
mujer el poco dinero que ha ganado con sus ocupaciones. El médico y el capitán
le cuentan a Wozzeck sobre los amoríos de su mujer con el Tambor Mayor solo
para divertirse. Wozzeck corre alocado diciendo que piensa pegarse un tiro. Marie
se enfrenta a su marido para tratar de responder a sus celos. Pero más tarde,
Wozzeck encuentra a su mujer en la taberna bailando con el Tambor Mayor.
Wozzeck tiene visiones con manchas de sangre. Ya en el dormitorio del cuartel,
Wozzeck pelea con el Tambor Mayor que termina hiriéndole.
Tercer
Acto
En su habitación, Marie lee la Biblia
mientras es invadida por sentimientos de culpa. Mas tarde, Cuando Wozzeck pasea
con ella por el bosque, junto al lago, la apuñala con un cuchillo.
Tras beber en la taberna, donde una
mujer advierte unas manchas de sangre en la ropa de Wozzeck, éste vuelve al
lugar del crimen y buscando el cuchillo para eliminar las pruebas de su
asesinato, se ahoga en el agua y desaparece.
En la calle juegan algunos niños,
incluso el hijo de Marie y Wozzeck. Al llegar la noticia de que se ha
encontrado el cadáver de Marie en la orilla del lago, todos se movilizan por la
curiosidad. El pequeño queda completamente a solas, montado en su caballito de
madera.
Comentarios
En 1914, cuando Alban Berg estaba
finalizando la composición de las Tres
piezas para orquesta, asistió a una representación de Wozzeck de Georg Büchner en el Wiener Kammerspiele. Berg encontró
entonces un posible argumento para su primera ópera en la inconexa e inacabada
pieza de Büchner. El compositor reconstruiría la historia de Wozzeck en su forma definitiva y para
ello dividió el texto en seis escenas principales. Berg empezó a escribir el
texto y la música de su ópera en 1917 y hasta 1922 no vio concluido su trabajo.
La obra se estrenó el 14 de diciembre de 1925 en la Staatsoper Unter der Linden
de Berlín bajo la dirección de Erich Kleiber y produjo un inmediato impacto.
Pronto fue presentada en otras ciudades alemanas hasta que el partido nazi la
prohibió catalogándola como “música degenerada” (Entartete Musik).
Alban Berg introdujo en la ópera
algunos episodios autobiográficos y los horrores de la Primera Guerra Mundial
empaparon de estremecimiento toda la música. Hay escenas concretas en donde se
puede reconocer la peripecia personal de Berg durante la guerra, como así puede
leerse en una carta que el compositor remitió a su esposa Helene desde el
frente. En la escena quinta del acto segundo se pueden encontrar ecos de esta
dura narración.
Con Wozzeck, Berg logró una perfecta síntesis entre la música pura y la
dramática. El compositor hizo uso de fórmulas clásicas que estructuran
formalmente el discurso pese a que pasan totalmente desapercibidas para el
auditorio. Desde el punto de vista armónico, la música de Wozzeck se halla ya
inmersa, con excepción de algunos pasajes, en la atonalidad. La escritura vocal
está basada en la técnica del sprechgesang
y la interpretación de los cantantes ofrece una enorme dificultad, con saltos a
tesituras extremas y gradaciones dinámicas opuestas.
En Wozzeck resulta particularmente impactante el tercer y último acto,
sobre todo entre los cuadros segundo y tercero, con unos espectaculares acordes
que preceden al canto desafinado del piano. La escena final es, con su
desolación y amargura, uno de los momentos más desgarradores de toda la
historia de la ópera. Creación sobrecogedora desde la primera hasta la última
nota, Wozzeck es una de las cumbres
del teatro musical de todos los tiempos y actualmente goza de una merecida
vigencia en los escenarios líricos.
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