Siegmund: Robert Schunk, tenor
Sieglinde: Julia Varady, soprano
Wotan: Robert Hale, barítono-bajo
Brünnhilde: Hildegard Behrens, soprano
Hunding: Kurt Mol, bajo
Fricka: Marjana Lipovsek, mezzosoprano
Orquesta y Coro de la Ópera Estatal de Baviera
Wolfgang Sawallisch, director
Sieglinde: Julia Varady, soprano
Wotan: Robert Hale, barítono-bajo
Brünnhilde: Hildegard Behrens, soprano
Hunding: Kurt Mol, bajo
Fricka: Marjana Lipovsek, mezzosoprano
Orquesta y Coro de la Ópera Estatal de Baviera
Wolfgang Sawallisch, director
Nikolaus Lehnhoff, director escénico
Grabación en directo, 1989
Grabación en directo, 1989
La Walkyria
(título original en alemán, «Die Walküre», WWV 86B) es una ópera en tres actos
con música y libreto en alemán de Richard Wagner. Se trata de la segunda de las
cuatro óperas que componen el ciclo de El
anillo del nibelungo («Der Ring des Nibelungen»), y la que se representa
más asiduamente, incluso separada del ciclo completo. Se estrenó en el Teatro
de la Corte de Múnich el 26 de junio de 1870.
Wagner se inspiró en la mitología nórdica al escribir esta
obra, específicamente en la Volsunga
y la Edda poética. En la versión simplificada
del compositor, las walkyrias son las hijas del dios Wotan y la madre tierra,
la diosa Erda, concebidas como doncellas guerreras para defender el Olimpo
germánico, el Walhalla, del acecho los nibelungos y recoger las almas de los
héroes muertos en batalla para llevarlos a su descanso eterno en el Walhalla.
Argumento
ACTO I
Escena I. La acción se desarrolla en una cabaña rústica
construida alrededor de un enorme fresno. En el tronco del árbol se percibe la
guarda de una espada cuya hoja está enteramente clavada. Entra un guerrero sin
armas, agobiado se duerme en el suelo. Siglinda, la mujer que habita la morada
lo despierta y le da de beber, el guerrero desea marchar pero ella le insiste
que espere el regreso de su esposo Hunding.
Escena II. Hunding vuelve de caza e interroga al joven sobre
su visita. Existe un gran parecido físico entre ambos, Siglinda y el guerrero.
Le cuenta a Hunding que su padre llamado Walse (el lobo)
solía cazar con él, mientras su hermana melliza y su madre los esperaban en la
casa. Un día, al regresar, hallan a la madre asesinada, la casa incendiada pero
ningúna huella de su hermana. Los asesinos eran los Neidings, hijos del odio y
de la envidia. Padre e hijo deciden marchar hacia la montaña, el padre fallece
al poco tiempo y el joven queda solo. Un día lucha con unos hombres por querer
librar a una joven que se encontraba en desgracia, querían obligarla a casarse
con alguien a quien no amaba. El joven no logra vencer a sus enemigos y es más
perseguido aún. Hunding ante este relato lo reconoce como enemigo, decide darle
hospitalidad sólo por una noche y provocarlo al día siguiente para una lucha
definitiva.
Siglinda le prepara una bebida a su esposo con un brebaje
para quitarle las fuerzas, luego asiste nuevamente al joven y le muestra el
tronco del fresno donde se halla oculta una espada.
Escena III. El joven recuerda que su padre le había
prometido un arma. Siglinda le relata lo ocurrido hace muchos años atrás cuando
ella es vendida a Hunding por unos bandidos. También recuerda a un anciano que
clava la espada en el tronco y dice que el vencedor será quien logre sacarla de
allí, aludiendo a su fortaleza. Ella cree que ante sus ojos se halla ese
hombre, es el hijo del anciano Walse y su nombre es Sigmundo, quien corre hacia
el fresno y arranca la espada, ambos se abrazan.
ACTO SEGUNDO
Escena I. En una región montañosa conversan el dios Wotan y
su hija predilecta, la virgen guerrera Brunilda, es una walkyria a quien su padre le ha confiado la misión de
salvar a Sigmundo. Fricka, la esposa de Wotan no está de acuerdo con esta
decisión porque está enterada del amor que los une a Sigmundo y Siglinda, este
amor la ofende. Además, ambos son hijos verdaderos de Wotan que haciéndose
pasar por un mortal en la tierra los ha tenido con otra mujer, siendo infiel a
Fricka.
Wotan cambia de idea y comunica a Brunilda otros pasos a
seguir.
Escena II.
Wotan recuerda todos sus errores, a Loge, la esclavitud de
los demás dioses, el robo del anillo a Alberico (ahora en poder de Fafner).
El dios Wotan había sido seducido por Erda, quien lo hace
padre de nueve vírgenes guerreras. Las walkyria s han recibido de él la misión
de traer al Walhalla a todos los héroes muertos en los campos de batalla,
poblando de ese modo el reino de Wotan con defensores intrépidos para el día en
que el ejército de Alberico avanzara amenazante. El dios había elegido a Sigmundo
para conseguir nuevamente el anillo, para ello había sido entrenado, pero ahora
Fricka le impide llevar a cabo su plan.
Erda ya le había anunciado a Wotan su perdición, el dios
maldice a los dioses.
Brunilda no puede ayudar a su padre y se dirige hacia la gruta
donde se halla su corcel Grane.
Escena III. Siglinda teme el acecho de Hunding, quien ya
está muy cerca de ellos con sus hombres. Se desvanece ante tanto dolor.
Escena IV. Brunilda se le aparece a Sigmundo y le anuncia
que va a morir. Sigmundo no desea alejarse de su amada, prefiere matarla antes
de que la toque otro. La walkyria le
advierte que Siglinda está embarazada y le impide al jóven matarla. Ahora le
promete apoyo para ambos pero de esta manera desobedece las órdenes de su
padre.
Escena V. Hunding y Sigmundo se traban en lucha. Brunilda
hace lo imposible por salvar al joven, pero Wotan interviene y ayuda a Hunding
para asesinar a su propio hijo. Brunilda se lleva a Siglinda y escapan. Wotan
queda mortificado ante el cadáver de Sigmundo. El dios está enfurecido por la
desobediencia de Brunilda.
ACTO TERCERO
Escena I. En una meseta rocosa se hallan las cuatro walkyria
s, Guerhilda, Ortlinda, Valtrauta, Schwertleita, armadas de pies a cabeza.
Llegan sus otras hermanas más tarde Brunilda con Siglinda. La guerrera le
cuenta a sus hermanas sobre el furor de Wotan, pero las walkyria s se rehusan a
ayudarla. Siglinda desea la muerte, no tolera vivir sin su amado. Brunilda le
dice que no puede morir porque ella espera un hijo de Sigmundo. Decide entonces
refugiarse en la selva muy cerca de Fafner.
Brunilda le asegura que su hijo será un héroe sublime y se
llamará Sigfrido. Le acerca a Siglinda unos trozos de la poderosa espada antes
de dejarla marchar.
Escena II. Brunilda ya no puede huir de Wotan. El dios la
destierra del Walhalla, la abandona, indefensa, dormida a la orilla del camino,
y el primero que pase y la despierte podrá hacerla esclava suya, hilará el
hilo, sometida a un mortal, y todos se buralarán de ella.
Las demás walkyria s están desesperadas ante tal destino,
escapan asustadas.
Escena III. Brunilda le implora el perdón a su padre pero
éste se lo niega. Como la walkyria se ha
dejado dominar por el amor, ahora será esclava del mismo.
Brunilda le pide entonces a su padre un último deseo, que se
levante a su alrededor, mientras duerme, un gran fuego devorador, para que el
hombre que deba poseerla en el futuro sea un ser valiente y un hombre temeroso.
Wotan accede y la walkyria queda vencida
por el sueño.
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