Jonas Kaufmann, tenor
Orquesta de la Ópera de Zúrich
Nikolaus Harnoncourt, director
Con Ludwig van Beethoven comienza la desaparición del
clasicismo y el principio del romanticismo. Su obra, en líneas generales,
muestra la lucha interior del compositor: la pasión, la dinámica, el
contraste... elementos que de por sí no son nuevos, pero que en las manos de
Beethoven se convertirán en pautas a seguir por el nuevo estilo musical.
Fidelio, la única
ópera que compuso Beethoven, relata el intento de Leonore, disfrazada como
Fidelio, de entrar en la prisión para poder salvar a Florestán, su marido, o al
menos llevarle consuelo. Por tanto es un argumento no sólo alrededor de la
lealtad o la fidelidad, sino también de la libertad.
La introducción orquestal al segundo acto describe la espantosa lobreguez en que yace
Florestán, un prisionero político. Sereno y dispuesto a aceptar la voluntad de Dios, canta una hermosa aria (más expresión que melodía cantable) y cree ver un ángel en el rostro de su amada Leonore. Ésta y Rocco bajan las sombrías escaleras.
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