domingo, 14 de abril de 2013

Joseph Haydn: Sinfonía nº 45 en fa sostenido menor "Los Adioses"

IV. Finale: Presto-Adagio
Orquesta Filarmónica de Viena
Daniel Barenboim, director
Concierto de Año Nuevo, 1 de enero de 2009
Movimientos
  1. Allegro assai
  2. Adagio
  3. Menuetto-Trio: Allegretto
  4. Finale: Presto-Adagio
Orquestación
2 oboes, fagot, 2 trompas y cuerdas.
La Sinfonía nº 45 de Joseph Haydn (1732-1809) es una de las obras más populares y fascinantes de su autor. Compuesta en 1772 en pleno apogeo del Sturm und Drang la obra combina de manera magistral los registros de lo violento y lo sensible.
La anécdota de la composición es bastante curiosa. El Príncipe Nikolaus, patrón de Haydn, residía en la época estival en su Palacio de Esterházy y durante el resto del año en Viena. Los criados y los músicos, que no podían traer sus familias a Esterházy – con excepción de Haydn – ardían por ello en deseos de regresar a Viena en cuanto finalizaba el verano. En 1772, el príncipe Nicolás retrasaba día a día el regreso a la capital y sus siervos estaban desesperados. Pidieron ayuda a Haydn y este decidió componer la sinfonía para exponerle la situación delicadamente al Príncipe.
La obra está en la línea de sus sinfonías Sturm und Drang: tonalidad menor y contrastes extremos. Sin embargo, el final de esta Sinfonía nº 45 es único: después del explosivo allegro final, se presenta un inesperado adagio en el que poco a poco los músicos dejan de tocar, apagan la vela de su atril, hacen una reverencia y salen de la sala despidiéndose de su señor. Así van dejando todos de tocar hasta que la sala se queda vacía.
Se dice que cuando ya salían los últimos dos violines el Príncipe, que había captado el mensaje, comentó: “Si todos se van, igual nosotros también deberíamos irnos”. Y al día siguiente partieron todos para Viena.
El último movimiento comienza como es característico en Haydn en un tempo rápido. Está escrito en forma sonata en la tonalidad principal de Fa sostenido menor. La intensidad rítmica se subraya mediante el empleo del bariolage de los violines primeros al unísono. La sinfonía parece alcanzar su fin en la recapitulación, en un pasaje que suena como si ya se fuera a alcanzar el final, pero de repente se transforma en una cadencia de dominante.
Lo que sigue es una larga "coda" - básicamente un segundo movimiento lento - que es extremadamente inusual en las sinfonías clásicas y seguramente resultó ser sorprendente para el Príncipe. Está escrita en compás de 3/8 y modula de La mayor a Fa sostenido mayor, durante el transcurso de lo cual los músicos van abandonando el escenario. El final es una especie de anticlímax deliberado que acaba en pianissimo.
Este adagio final contiene un golpe de efecto que no se puede apreciar nítidamente en las grabaciones únicamente de audio: los músicos van tocando sucesivos solos justo momentos antes de marcharse del escenario. El orden de salida es: primer trompa y segundo oboe (solo), fagot (sin solo), segundo trompa y primer oboe (solo), contrabajos (solo), cellos (sin solo), violines del tutti orquestal (solo; primeros atriles en silencio), violas (sin solo). Los primeros atriles de violín permanecen hasta finalizar la obra.
 

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