Orquesta y Coro de la Metropolitan Opera (Nueva York)
James Levine, director
Escrita entre 1843 y 1845, Tannhäuser es probablemente la más madura y la más rica de ideas
dramáticas y de invención musical de las obras de juventud del compositor. El
tema de la redención por amor, que impregna la obra wagneriana, está claramente
presente y el mundo medieval de los torneos poéticos trovadorescos, tan querido
por el artista, se encuentra en el centro de la historia. Pero como ocurre con
las grandes obras, Tannhäuser va
mucho más allá de lo que puede sugerir una lectura restringida o literal y la
dicotomía entre el amor carnal y espiritual de Venus y Elisabeth, el
sentimiento de culpabilidad que refuerza la condena de Roma, nos llevan hacia
una figura fáustica que busca el conocimiento y la belleza, hacia un rebelde
contra una sociedad hipócrita y opresiva y también hacia la angustia creadora
del artista.
En el segundo acto, Tannhäuser regresa a su ciudad natal
reencontrándose con el resto de los caballeros y, de nuevo, con el amor de
Elisabeth.
Durante un concurso de canto que debe transcribir la
verdadera naturaleza del mejor de los amores, Tannhäuser confiesa su
experiencia, que la sociedad no puede perdonar.
Elisabeth le propone, para salvarle, peregrinar de nuevo
para suplicar el perdón papal. Entretanto, la pasión, jamás correspondida de
Wolfram por la muchacha, vuelve a desconocerse tras su sublime canción. El
caballero parte en peregrinaje hacia la Ciudad Eterna.
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